La inteligencia artificial dispara el consumo energético mundial
La inteligencia artificial (IA) está revolucionando la forma en que vivimos y trabajamos, pero su uso tiene un precio: un consumo energético cada vez mayor.
Según las últimas investigaciones, el entrenamiento de la IA consume una cantidad de energía eléctrica equivalente al consumo de una familia tipo durante 23 años. Y a medida que la IA se vuelve más sofisticada, su consumo energético también aumenta.
Los culpables de este aumento de consumo son los centros de procesamiento de gráficos (GPU), que son potentes ordenadores utilizados para entrenar y ejecutar modelos de IA. Estos centros de GPU consumieron entre el 1% y el 1,3% de la electricidad mundial en 2022, y se espera que su consumo aumente en los próximos años.
Además del consumo de energía, la IA también requiere agua para funcionar, tanto para producir electricidad como para refrigerar los equipos. Se estima que la infraestructura relacionada con la IA podría consumir seis veces más agua que Dinamarca para 2027.
El consumo de energía y agua de la IA no es el único problema medioambiental que plantea. Estos centros de datos también producen residuos, que a menudo contienen sustancias peligrosas como el mercurio y el plomo.
A medida que la IA se vuelve más omnipresente, es importante ser consciente de su impacto medioambiental. Debemos tomar medidas para reducir el consumo de energía y agua de la IA, así como para gestionar sus residuos de forma responsable.