La Unión Europea, en su camino hacia la autonomía estratégica energética, voltea a ver a la energía nuclear como una opción. Aunque algunos países como Alemania se muestran renuentes, los Veintisiete han acordado que aquellos miembros que la consideren necesaria podrán potenciar esta forma de energía. En concreto, el Ejecutivo comunitario ha puesto la mirada sobre los reactores modulares (SMR), una tecnología prometedora que se está probando en países como Japón y China. Los SMR ayudarían a responder a la demanda de electricidad limpia en los próximos años, y podrían complementar a las tecnologías nucleares convencionales y a las energías renovables en los esfuerzos europeos de mitigación del clima y sostenibilidad. Según lo acordado el 24 de marzo, esta alianza operará a través de grupos de trabajo específicos para mejorar las condiciones propicias para el desarrollo, la demostración y el despliegue de los SMR. "La atención se centra en los pequeños reactores modulares porque los consideramos las tecnologías nucleares con mayor flexibilidad. Pero, por supuesto, esto debe hacerse según los más altos estándares ambientales y de seguridad", sostuvo en una conferencia reciente la comisaria europea de Energía, Kadri Simson. En este contexto, el 15 de marzo, la Unión Europea anunció que también quiere intensificar la cooperación con Estados Unidos para reducir la dependencia de Rusia en materia de "materiales nucleares y servicios del ciclo del combustible", y que se dará apoyo a los miembros de la UE para diversificar los proveedores.