Algunos científicos han descubierto que los terremotos actuales que ocurren en el centro y el este de Estados Unidos podrían ser réplicas de terremotos que ocurrieron durante el siglo XIX. Estos terremotos más pequeños, conocidos como réplicas, ocurren después de un terremoto principal y son parte del proceso de reajuste de la falla. Aunque las réplicas son de menor magnitud que el terremoto original, aún pueden causar daño e impedir la recuperación. El estudio realizado por geocientíficos de la Universidad de Wuhan utilizó un método estadístico para determinar si los terremotos actuales eran réplicas duraderas o actividad sísmica de fondo no relacionada. Se centraron en tres terremotos históricos de magnitud entre 6.5 y 8.0. Descubrieron que alrededor del 30% de los terremotos ocurridos entre 1980 y 2016 en la región de Missouri y Kentucky y aproximadamente el 16% de los terremotos en Charleston, Carolina del Sur, podrían ser réplicas de los terremotos históricos. Estos hallazgos son importantes para comprender el riesgo sísmico y la posibilidad de futuros desastres en estas regiones. Es fundamental utilizar métodos modernos para estudiar los terremotos pasados y evaluar el peligro en el futuro.