Tres prejubilados crean un museo único sobre telecomunicaciones
Un grupo de antiguos trabajadores de Telefónica se ha encargado de reunir y restaurar máquinas históricas para mostrar la evolución de las comunicaciones.
Ernesto López Naveiras, José Luis Sotelo y Víctor Godoy, tres prejubilados de Telefónica, decidieron fundar un museo didáctico para preservar la "historia y la prehistoria" de las telecomunicaciones.
Durante años, rastrearon, localizaron y volvieron a la vida máquinas históricas que habían sido desechadas por la compañía en su proceso de modernización. La "joya de la corona" es una maqueta de un sistema rotatorio de comunicación automática analógica Rotary 7-D, vigente desde 1928 hasta 2002, que fue rescatada in extremis tras el desmantelamiento de la central coruñesa de Espino.
El resultado de su trabajo no es un museo de vitrinas, sino un espacio interactivo donde los visitantes pueden tocar, escuchar y probar los aparatos expuestos. Aquí pueden recibir una llamada en su móvil desde los terminales fijos que se exponen, comprender los ruidos que se oyen en un teléfono cuando se marca un número, presenciar la evolución de una llamada y entender el código Morse.
El museo también cuenta con un cuadro de conectores jack que servía para llevar la voz de la gente entre provincias, reconstruido gracias a los recuerdos de antiguas telefonistas.
Un legado en peligro
Los tres gestores del museo son felices con su trabajo, pero están preocupados por el futuro del legado que han creado. Todos ellos son mayores y llevan años buscando una respuesta de alguna Administración que asuma este legado.
Han intentado colaborar con el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (Muncyt), la Universidade da Coruña y el Ayuntamiento, pero no han obtenido una respuesta satisfactoria. Ellos solo piden poder "formar a alguien" que garantice el relevo generacional y la supervivencia de este museo único en Europa.