¿El 2 de noviembre es feriado? Esto dicen la SEP y la Ley Federal del Trabajo

El 2 de noviembre es una de las fechas más destacadas dentro del calendario mexicano, pues se celebra el Día de Muertos, una festividad que fusiona tradiciones prehispánicas y católicas para honrar la memoria de los seres queridos que ya no están con nosotros.

¿Qué dice la SEP sobre el 2 de noviembre?

Para los alumnos y académicos del sistema educativo básico (preescolar, primaria y secundaria), el 2 de noviembre es una fecha importante para llevar a cabo actividades que permitan celebrar y difundir esta tradición.

Sin embargo, en 2023 el 2 de noviembre cae en sábado, que es un día de descanso para los estudiantes. Por lo tanto, no habrá un día de descanso adicional con motivo del Día de Muertos.

El calendario escolar de la SEP establece tres días posteriores al 2 de noviembre como días sin clases: el 18, 22 y 29 de noviembre. Estos días permiten a los estudiantes disfrutar de puentes vacacionales a lo largo del mes.

¿El 2 de noviembre es un día de descanso obligatorio?

De acuerdo con la Ley Federal del Trabajo (LFT), el 2 de noviembre no se considera un día feriado para los trabajadores. Esto significa que no es un día de descanso obligatorio, ya que no forma parte de las celebraciones contempladas en el artículo 74 de la LFT.

No obstante, el Día de Muertos es una fecha de gran relevancia cultural en México. La UNESCO lo reconoce como un encuentro anual entre los pueblos tradicionales y sus ancestros, y destaca su función social dentro de las comunidades indígenas.

Importancia del Día de Muertos

En todo México, la celebración del Día de Muertos se vive de manera diferente. Sin embargo, en general, tiene como objetivo reunir a las familias para recibir a sus seres queridos que regresan del más allá.

El Día de Muertos es un símbolo fundamental de la tradición mexicana, que fusiona elementos prehispánicos y españoles. Para los pueblos prehispánicos, el retorno de las ánimas de los difuntos era un momento de reencuentro y convivencia, en el que se les ofrecía alimento y bebida.

"La muerte no representa una ausencia, sino la presencia viva", señala el artículo de Milenio.

Las culturas prehispánicas enterraban a sus muertos envueltos en petates y celebraban una fiesta para guiarlos en su recorrido al Mictlán, el inframundo. Después de la conquista española, la celebración del Día de Muertos se fusionó con rituales católicos, trasladando la veneración a los difuntos al calendario cristiano.