Una década de 'Why?': 3.653 preguntas sin respuesta

La campaña de Carme Solé, que reivindica los derechos de la infancia, cumple diez años. Sus inquietantes rostros infantiles siguen llamando la atención desde los balcones de Barcelona.

Las lonas de 'Why?' se han convertido en un símbolo de la lucha por los derechos de los niños. Gracias a la complicidad de su compañero, Jaume Escala, la campaña ha llevado las miradas de los niños víctimas de la guerra a las calles de Barcelona.

El arte como denuncia

Carme Solé comenzó a pintar niños como una forma de expresar el dolor por la pérdida de su madre. Las caras de su campaña son su versión de las de los menores víctimas de conflictos bélicos, imágenes que ha ido encontrando en periódicos y revistas.

Sus miradas, asegura, le rogaban que las convirtiera en trazos. Algunos de esos recortes de inspiración permanecen en su taller. “Pese a todo este tiempo, sus miradas siguen siendo fuertes, aún me interpelan”, confiesa.

El poder de la imagen

En 2014, Solé y Escala decidieron que las lonas tenían que estar en el espacio público para llamar la atención de la ciudadanía. Los balcones de amigos y conocidos fueron el primer lugar donde colgaron las imágenes.

Como las banderas que aún resisten el paso del tiempo, las caras de 'Why?' también han sobrevivido a los vaivenes políticos y sociales. La ilustradora calcula que aún se pueden ver diez lonas en la capital catalana.

Sin embargo, la artista lamenta que “la ciudad se pueda llenar de locales de brunch y souvenirs, pero se prohíba que en un balcón se exhiba un dibujo”.

El abrazo como símbolo de esperanza

En el décimo aniversario de la campaña, Solé ha dado un giro a su obra. Las miradas fijas de los niños han dado paso a abrazos, un símbolo de esperanza y solidaridad.

“El abrazo es un deseo más directo de amar y querer, ¡y de paz!”, explica la ilustradora.

Cifras preocupantes

A pesar de la labor de concienciación de campañas como 'Why?', la situación de la infancia en Cataluña sigue siendo preocupante. Según un informe de Unicef, uno de cada tres niños está en riesgo de pobreza.

Esta cifra ha mejorado ligeramente en los últimos años, pero aún es similar a la registrada en 2013, cuando el problema de la pobreza infantil saltó a la agenda política.

“Seriamos un mundo mil veces mejor si lo miráramos todos con ojos de niño”, defiende Solé.