Atentado contra Cristina Kirchner: contradicciones y pedido de prisión por falso testimonio

El exnovio de Brenda Uliarte, Lucas Ocampo, mostró dificultades para explicar las condiciones en las que la imputada fue a su casa a dormir la noche del atentado contra Cristina Kirchner. "Al principio pensé que era una joda", dijo el testigo. "Yo estaba de fiesta y con un amigo y no me lo tomé en serio estaba tomando y no me lo tomé en serio", y aseguró que no hablaron más del tema.

Dijo que Brenda fue directo a la habitación y se durmió con la ropa puesta y que al otro día la levantó porque se tenía que ir a trabajar. Que la acompañó hasta la parada del colectivo y que lo único que le dijo a ella fue “arreglá tus cosas” y después volvés". Brenda había dejado en su casa un paraguas y la bolsa blanca que llevaba al momento del ataque a CFK y donde se cree que trasladaba el arma homicida.

Contradicciones

Ocampo indicó que no sabía de dónde venía Uliarte la noche del atentado y que se fue enterando de todo lo que pasó por la televisión. Dijo que Brenda nunca le habló del tema aquella noche, pero ante las preguntas de la fiscal dijo que la joven vio cuando Sabag disparó. “Cómo sabe eso si no habló con ella del tema”, interrogó Baigún. “Porque está en todos los videos”, respondió. “No, no hay ningún video donde se ve a Uliarte mientras dispara Sabag”, le marcó la fiscal, por lo que no quedó claro cómo sabía él que Uliarte había visto el disparo.

Luego, la fiscal le mostró los chats del 2 de septiembre a las 17hs, en donde él le escribe a Uliarte: "Decí la verdad, que no sabías que iba a reaccionar el loco así y etc y que de tu susto rajaste".

La fiscal le preguntó de dónde "rajó" Uliarte. Ocampo no pudo ser preciso en la respuesta: "De lo que habría hecho Sabag, del atentado". La fiscal insistió para que aclare de dónde se fue Brenda y Ocampo no logró especificar. “No sé a dónde fue el atentado”, se excusó.

Uno de los puntos de la declaración que dejó un manto de dudas fue la endeble explicación que dio el joven sobre un chat que mantuvo con Uliarte después del atentado. Allí él le sugería que diga "que la obligaron a hacerlo". La jueza le preguntó por qué le sugirió eso y Ocampo relató una situación de maltrato sexual por parte de Sabag Montiel. Sin embargo, no aclaró si se refería a que dijera que Sabag la obligó a atentar contra Cristina o a acompañarlo aquella noche, aunque es lo que sugieren los mensajes.

Falso testimonio

Miguel David Robles conoció a Uliarte por las redes y por la venta de contenido sexual. El mismo día del atentado le pagó mil pesos a través de Mercado Pago a cambio de una foto erótica. Dijo que en la charla (los chats fueron exhibidos en la audiencia) Uliarte le contó que su novio había intentado matar a Cristina.

Esto relató Robles al inicio de lo que se convertiría en una extensa y tensionante declaración, al punto que la fiscal Baigún pidió su detención por falso testimonio. “El testigo miente”, afirmó la funcionaria.

Las inconsistencias se manifestaron cuando no quedó claro si conocía o no al principal acusado, Fernando Sabag Montiel, y cuando comenzaron a exhibirle chats y mensajes de audio que él mismo había enviado después del atentado.

Su voz sonó en la sala de audiencias cuando pasaron un audio que le había mandado a su pareja de entonces, a quien tenía agendada como La Tóxica: “Le ofrecieron plata al vago, plata lo iban a meter en cana un año, después lo iban a hacer pasar por muerto al estilo Néstor Kirchner y como es que se llama y no sé qué más un viaje. Lo iban a mantener oculto algo así. Los que la mandaron a que le pegue el tiro a Cristina es la misma gente de Fernández ¿no viste que le puso la custodia esa que un desastre? El chabón este lo mandó la gente del gobierno mismo, la mandó a que la maten a la vieja y que cuando cayó le dijeron 'Atenete a las consecuencias si fallás y si llegás a decir que Fernández te mando o la gente misma adentro de la cárcel te van a matar'”.

Preguntado por todas las partes en forma insistente, el testigo dijo que solo fue una teoría del él, que no era verdad y no pudo sostener aquellos dichos. “No es verdad lo que le dije en esos audios a la piba”, dijo visiblemente nervioso.

Algunos audios del teléfono de Robles, según la pericia de la PSA, fueron borrados. Una y otra vez el testigo aseguró que él no los había borrado, pero tampoco pudo recordar con exactitud el contenido de los mismos.