La conmoción en Extremadura tras el asesinato de Belén Cortés Flor
La comunidad de Extremadura sigue consternada tras el trágico asesinato de Belén Cortés Flor, una educadora social de 35 años, ocurrido mientras trabajaba en un piso de medidas judiciales en Badajoz. Este lamentable suceso ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad a la que se enfrentan los profesionales que trabajan en este tipo de centros, y ha generado una ola de indignación y reclamos por mayor seguridad y protección. La investigación está avanzando, y las autoridades están tratando de esclarecer todos los detalles que rodean este crimen que ha impactado a la sociedad extremeña.

Los hechos: Un trágico domingo
El domingo pasado, Belén Cortés Flor fue brutalmente asesinada mientras cumplía con su labor en un piso tutelado en Badajoz. Los presuntos autores del crimen son tres menores de edad, con edades comprendidas entre los 14 y los 17 años. Tras perpetrar el asesinato, los menores se dieron a la fuga en el coche de la víctima, conduciendo por la Autovía A5 en dirección a Mérida. Según declaraciones de José Luis Quintana, delegado del Gobierno en Extremadura, los jóvenes sufrieron un accidente en el trayecto y, tras abandonar el vehículo, hicieron autoestop hasta llegar a la capital autonómica, donde fueron finalmente detenidos (El País, 2025).
La fuga previa y las alarmas ignoradas
Lo que agrava aún más la situación es que dos de los menores implicados en el asesinato se habían escapado del mismo piso tutelado días antes del crimen. Uno de ellos, un joven de 14 años originario de Don Benito, ya había sido objeto de una búsqueda por parte de su familia, quienes habían emitido un comunicado solicitando la colaboración ciudadana para dar con su paradero. El otro menor tiene 15 años. La fuga de estos jóvenes evidencia las fallas en el sistema de seguridad y supervisión de los pisos tutelados, y plantea serias interrogantes sobre la protección de los menores y de los profesionales que trabajan en estos centros.

Denuncias de falta de seguridad
Compañeros de Belén Cortés Flor han denunciado enérgicamente la falta de seguridad en los pisos tutelados, donde no existen cámaras de vigilancia ni medidas de protección adecuadas. «La desprotección a la que nos enfrentamos es enorme», aseguran. Además, señalan que no es la primera vez que Belén había manifestado su preocupación por la difícil situación que se vivía en el centro. Estas denuncias reflejan una problemática que viene arrastrándose desde hace tiempo, y que ha alcanzado un punto crítico con el asesinato de la educadora social.
Reacciones y demandas
Tras el crimen, se han producido numerosas reacciones de condena y solidaridad con la familia de la víctima. Diferentes organizaciones sindicales han exigido medidas urgentes para garantizar la seguridad en los centros de menores. Se ha solicitado la convocatoria del comité de seguridad y salud de servicios sociales para abordar la problemática y exigir un entorno seguro para los profesionales. El sindicato USO ha recordado que tienen convocada una huelga de vigilantes de seguridad en el centro Marcelo Nessi desde hace más de un año, precisamente para demandar mayor seguridad y protección (El País, 2025). En una concentración frente al centro Marcelo Nessi, compañeros de la educadora social han criticado la falta de medidas de protección durante meses para los profesionales. «Se vivía una situación muy difícil desde hace 15 días, con algunos robos y fugas; esta tragedia le podía haber sucedido a cualquiera», manifestaron con gran dolor e indignación.
La Junta de Extremadura ha expresado su profundo pesar por lo sucedido y se ha puesto a disposición de la justicia y de la policía para colaborar en la investigación. María Guardiola, presidenta regional, ha informado que la consejera de Salud y Políticas Sociales ha estado en contacto con las autoridades competentes desde el primer momento.
El trabajo en los pisos tutelados: Una labor desafiante
Los pisos tutelados son viviendas donde residen menores que se encuentran bajo medidas judiciales. En estos centros, los educadores sociales desempeñan un papel fundamental en el cuidado, la educación y la reinserción social de los jóvenes. Sin embargo, las condiciones laborales en estos centros suelen ser precarias, con falta de personal, recursos limitados y, como se ha evidenciado trágicamente, escasa seguridad. El asesinato de Belén Cortés Flor ha puesto de relieve los riesgos a los que se enfrentan estos profesionales, y ha generado un debate sobre la necesidad de mejorar sus condiciones laborales y garantizar su seguridad.
Propuestas y posibles soluciones
Para abordar la problemática de la seguridad en los centros de menores, se han planteado diversas propuestas, entre las que destacan:
- Aumento de la vigilancia y la seguridad en los pisos tutelados, con la instalación de cámaras de seguridad y la contratación de personal de vigilancia.
- Mejora de la formación y el apoyo a los educadores sociales, con el objetivo de dotarlos de las herramientas necesarias para afrontar situaciones de riesgo.
- Mayor coordinación entre los diferentes organismos implicados en la protección de menores, como la Junta de Extremadura, la policía y los servicios sociales.
- Revisión de los protocolos de seguridad y actuación en los pisos tutelados, con el fin de identificar posibles fallos y mejorar la respuesta ante situaciones de emergencia.
Es fundamental que las autoridades tomen medidas urgentes para garantizar la seguridad de los profesionales que trabajan en los centros de menores y para proteger a los jóvenes que residen en estos centros. La tragedia de Belén Cortés Flor no puede quedar impune, y debe servir como un catalizador para impulsar un cambio real en el sistema de protección de menores.
Referencia:
El País. (2025). Dos de los implicados en la muerte de una educadora social en Badajoz se escaparon hace unos días del piso tutelado. Recuperado de [https://elpais.com/espana/2025-03-11/dos-de-los-implicados-en-la-muerte-de-una-educadora-social-en-badajoz-se-escaparon-hace-unos-dias-del-piso-tutelado.html]