La salud global podría estar a punto de dar un giro con la adopción de dietas alternativas más saludables y ambientalmente sostenibles. Un estudio reciente apunta a la disminución del consumo de carne roja y su sustitución por peces pequeños como sardinas, arenques y anchoas, con el potencial de salvar hasta 750.000 vidas al año para 2050.
¿Cómo Puede Afectar el Cambio de Dieta a la Salud Pública?
Investigadores japoneses, encabezados por Kiyoshi Takahashi, han analizado datos de 137 países y proyectan que este cambio dietético no solo mejoraría la salud pública reduciendo enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer, sino que también disminuiría años vividos con discapacidad. Un notable 82% de las ayudas de la PAC actualmente benefician a la industria ganadera, pero el consumo de carne roja ha sido vinculado con un aumento en el riesgo de enfermedades no transmisibles, que representan cerca del 70% de todas las muertes a nivel global.
Impacto Ambiental y Nutricional
Los peces forrajeros no solo son ricos en nutrientes esenciales como los ácidos grasos omega-3, calcio y vitamina B12 sino que además presentan la huella de carbono más baja entre las fuentes de proteína animal. A pesar de ello, la mayoría de la captura de estos peces se destina a la industria para producir harina y aceite de pescado, un proceso ineficiente que podría transformarse para beneficiar directamente la alimentación humana.
El estudio refleja que estas especies, actualmente utilizadas en gran medida para alimentar otros animales en acuicultura, podrían ejercer un impacto positivo en la salud global si fueran destinadas al consumo humano. Este cambio sugiere una mejora en la calidad de vida y una reducción en el gasto sanitario.
Posibles Barreras y Soluciones
El equipo de Takahashi reconoce que la sobrepesca, el cambio climático y la aceptación cultural son barreras para el cambio, pero sugieren políticas multisectoriales como la promoción de pescados accesibles y el uso de microalgas en acuicultura. También mencionan que la educación en estilos de vida saludables y una mayor conciencia sobre la relación entre enfermedad y dieta son fundamentales para el éxito de cambios en la alimentación.
Un Futuro con Menos Carne Roja
El estudio señala que la transición a un consumo mayor de pescados pequeños, particularmente en países con ingresos bajos y medios, donde tales peces son baratos y abundantes, podría ajustarse al nivel de consumo recomendado de 40 kcal diarias de pescado. A nivel nacional, esta reconversión dietética también contribuiría positivamente a tradiciones alimenticias saludables como la dieta mediterránea y la dieta atlántica.