Canarias debate el turismo de masas: ¿Hasta dónde es sostenible?
Canarias, archipiélago referente del turismo en España, se enfrenta a un dilema: ¿Hasta qué punto la actividad turística, motor económico de las islas, se ha convertido también en el origen de sus problemas?
Esta cuestión ha generado una histórica manifestación en las siete islas del archipiélago, donde miles de personas han reclamado medidas para regular el flujo de visitantes, proteger el medio ambiente y mejorar las condiciones sociales y laborales de la población.
El turismo: ¿bendición o maldición?
El turismo aporta más del 35% del PIB canario y genera empleo para el 40% de la población activa. Sin embargo, también ha provocado un aumento de los precios de la vivienda, la saturación de los servicios públicos y la contaminación ambiental.
Los manifestantes exigen medidas como una ecotasa, una moratoria de nuevos proyectos turísticos y una mayor regulación de la compra de viviendas por parte de extranjeros.
La otra cara del turismo
Detrás de las cifras récord de visitantes se esconde una realidad menos amable: los sueldos en Canarias son los segundos más bajos del país, la tasa de desempleo es del 16,2% y el riesgo de pobreza alcanza el 26,1%.
El turismo vacacional urbano está expulsando a los residentes de sus barrios, mientras que la vivienda se ha convertido en un activo financiero especulativo.
El sector de las camareras de piso, uno de los colectivos más precarizados, denuncia jornadas maratonianas y malas condiciones laborales.
El debate en el sector turístico
Ante la presión ciudadana, los empresarios turísticos han reconocido la necesidad de replantear el modelo. El presidente de los empresarios de Las Palmas, Pedro Ortega, ha admitido que el archipiélago ha entrado en un "periodo de reflexión".
Sin embargo, los convocantes de la manifestación se muestran escépticos, ya que consideran que el Ejecutivo regional sigue apostando por el turismo de masas.
El futuro del turismo en Canarias
El futuro del turismo en Canarias pasa por encontrar un equilibrio entre la actividad económica y la sostenibilidad social y ambiental. Es necesario regular el flujo de visitantes, proteger el medio ambiente y mejorar las condiciones de vida de la población.
El archipiélago canario tiene la oportunidad de convertirse en un destino turístico sostenible, que genere riqueza y bienestar sin comprometer el futuro de las islas.