Los valientes madrileños se preparan en estos momentos para salir a las calles y defender su tierra e identidad. Vivimos días de agitación en el Madrid castizo, donde Manuela Malasaña y los soldados Daoiz y Velarde están a punto de pasar a la historia como héroes del levantamiento del 2 de mayo de 1808

Pero también hay que comer

En la capital del reino conviven dos gastronomías claramente diferenciadas. La aristocracia afrancesada se decanta por ostras o foie, mientras que el pueblo llano se entrega a platos tradicionales como mollejas, callos o judías, algunos de los cuales no podrían elaborarse hoy tal y como se hacían entonces debido a que están prohibidos

Almodóvar tiene claro que lo que comían los madrileños de a pie eran "mollejas, callos, judías estofadas, olla de distintos tipos, pescados ceciales y amojamados de toda clase, sopas de ajo y de vino, gachas, chorizos de a mordisco, migas y escabeches tabernarios, aunque poco a poco la civilidad y la apertura de la nueva cocina francesa empiezan a calar en las profundidades de los estratos sociales".

Algunos de los platos que se servían cada día en 1808 en las mesas de ricos y pobres de Madrid:

La Guerra de la Independencia, una época de hambre

La Guerra de la Independencia llevó a Madrid a una situación de hambruna terrible, ya que se saquearon graneros y se quemaron campos. De hecho, en 1811, la capital ya empieza a sufrir los estragos de la falta de alimentos, como se puede apreciar en algunas de las imágenes que aparecen en Los desastres de la Guerra de Francisco de Goya.

Los datos registrados por muertes de hambre en menos de 11 meses ascienden a 20.000 madrileños fallecidos por inanición. Una consecuencia más de la dureza de la guerra de 1808 de la que no siempre se habla en estas celebraciones.