La controversia detrás del Congreso Mundial de Familias en Mérida, México

El Congreso Mundial de Familias (CMF), que se está celebrando en Mérida, México, está atrayendo la atención no solo por su enfoque en la familia y los valores tradicionales, sino también por las figuras que lo respaldan y la agenda subyacente que algunos denuncian como integrista. Mientras que la fachada del evento se muestra pulcra y optimista, con jóvenes influencers y expertos en autoayuda, detrás se encuentra una red de activistas y organizaciones con posturas radicales sobre temas como el aborto y los derechos LGTBI+.

Según Ángel Munárriz, periodista de El País, el congreso está sirviendo como punto de encuentro para la derecha cristiana radical. «Siempre sonriente y amable, con la actitud entusiasta de quien parece en armonía con el mundo», así describe Munárriz a Quique Mira, uno de los ponentes, destacando la imagen cuidadosamente construida que proyectan los participantes.

¿Quién está detrás del CMF?

El principal impulsor del CMF es Brian Brown, líder de la Organización Internacional para la Familia (IOF). Brown es conocido por su firme oposición al aborto y a los derechos LGTBI+, y su influencia se extiende a organizaciones como CitizenGo, donde colabora con el activista español Ignacio Arsuaga, famoso por campañas contra la comunidad trans y el acoso a clínicas de aborto. Como explica Munárriz (2025), Brown está convencido de que el progresismo está impulsando la normalización de la «pedofilia».

Además, Brown comparte liderazgo con Mayor Oreja en la Red Política de Valores, un espacio donde se han reunido opositores al aborto, incluso en casos de violación, con defensores de las terapias de conversión para homosexuales. Esta conexión revela la profundidad y el alcance de la agenda integrista que se esconde detrás de la fachada familiar del CMF.

La imagen pulcra vs. la realidad radical

El programa del CMF presenta un perfil moderado, con talleres para jóvenes y niños, charlas sobre el matrimonio y la familia, y la participación de influencers y expertos en desarrollo personal. Sin embargo, temas polémicos como el aborto y los derechos LGTBI+ están notablemente ausentes del programa oficial.

Carla Restoy, una influencer que promueve la virginidad prenupcial, es una de las ponentes españolas. En declaraciones a El País, Restoy explica que su ponencia se centrará en «el valor del cuerpo» y la virtud de la virginidad. Su participación, junto con la de otros jóvenes evangelizadores, contribuye a la imagen de un evento moderno y atractivo para un público amplio.

La conexión española

España es el segundo país con mayor número de ponentes en el CMF, después de México. Entre ellos se encuentran figuras como Pep Borrell, presentado por el Opus Dei como «el conferencista entusiasta del amor», y María Calvo, defensora de la educación separada para niños y niñas. También participan los podcasters Lluís Gracia y Pablo Canela, conocidos por su programa Aladetres, donde han abordado temas como la existencia del demonio.

La presencia española en el CMF destaca la importancia de España en la red global de activistas y organizaciones que promueven una agenda integrista. Aunque muchos de los ponentes españoles niegan tener una relación directa con Brian Brown o conocimiento detallado de sus actividades, su participación en el CMF les conecta indirectamente con una red que promueve políticas y valores contrarios a los derechos humanos y la diversidad sexual.

Reacciones y controversias

La celebración del CMF en México ha generado controversia y críticas por parte de organizaciones de derechos humanos y activistas LGTBI+. Denuncian que el congreso promueve una agenda discriminatoria y excluyente, y que su fachada pulcra y juvenil esconde una realidad radical y peligrosa.

El Centro Jurídico contra la Pobreza en el Sur, una organización por los derechos civiles en EE. UU., denuncia que el CMF no solo ha impulsado medidas anti-LGTBI en África, sino que ha sugerido que la organización terrorista Boko Haram y los defensores de los derechos LGTBI están conspirando contra los cristianos.

El Congreso Mundial de Familias en Mérida está generando un debate sobre la libertad de expresión, la defensa de los valores tradicionales y los derechos humanos. La controversia está lejos de terminar, y la atención se centrará en las próximas acciones y declaraciones de los participantes y organizadores del evento.

¿Qué está pasando ahora?

Mientras el congreso avanza, las redes sociales están siendo un hervidero de opiniones encontradas. Activistas están utilizando plataformas como Twitter e Instagram para denunciar la agenda oculta del CMF, mientras que los defensores del evento están compartiendo mensajes de apoyo y promoviendo los valores familiares. La discusión está lejos de resolverse, y el impacto a largo plazo del CMF en la sociedad mexicana y en la comunidad internacional aún está por verse.

Según Ediciones EL PAÍS S.L., el Congreso Mundial de Familias parece un evento con pocas aristas, alejado de las cumbres de Red Política de Valores, de abierta beligerancia reaccionaria, o de las ruidosas campañas de Hazte Oír y su paraguas internacional, CitizenGo.