El mango, una fruta tropical que goza de gran popularidad y aprecio en todo el mundo, destaca por su exquisita dulzura y sus valiosas propiedades nutricionales. Con un dulzor irresistible, los mangos se emplean tanto como aderezo como ingrediente en un amplio abanico de recetas, tales como salsas, arroz glutinoso, pollo al mango, batidos, yogur, sopas y ensaladas, tal y como explica Kristen Smith, nutricionista dietista registrada y portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética.
Este versátil fruto, además de deleitar nuestro paladar, ha demostrado su gran rentabilidad en el mercado internacional. Con una historia que se remonta a más de 5.000 años y un origen en el sur de Asia, los mangos se cultivan hoy en día en más de 80 países, siendo la India el mayor productor mundial.
Según el portal USA Today, un solo mango aporta una notable cantidad de nutrientes: 2,7 gramos de proteína, 564 miligramos de potasio y más de 5 gramos de fibra dietética. Destaca también como una excelente fuente de vitamina A, ácido fólico, vitamina C y una variedad de antioxidantes que contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades como el cáncer de colon.
"Los mangos son especialmente ricos en vitamina A, ácido fólico y antioxidantes", afirma Shelley Rael, dietista registrada. Además, su contenido en vitamina C promueve la salud de los vasos sanguíneos y la formación de colágeno.
A pesar de sus numerosos beneficios, los expertos recomiendan consumir los mangos con moderación. Un solo mango puede superar las 200 calorías y contener alrededor de 46 gramos de azúcar natural. Aunque el consumo equilibrado de azúcar no suele ser problemático, es importante tener en cuenta su elevado aporte calórico.
Afortunadamente, el mango puede disfrutarse durante todo el año, ya sea fresco o congelado, lo que lo convierte en una opción ideal para quienes desean incorporarlo regularmente en su alimentación.