Corea del Sur Prohíbe Consumo de Carne de Perro
En una medida histórica, la Asamblea Nacional de Corea del Sur aprobó el martes una legislación que prohíbe la cría y el sacrificio de perros con fines de consumo, cerrando un capítulo controvertido que ha dividido a la población surcoreana. La nueva ley, que ha recibido un apoyo bipartidista inusual, destaca el cambio de actitud hacia el consumo de carne de perro que se ha gestado en las últimas décadas, período marcado por la acelerada industrialización del país.
¿Qué Dictamina la Nueva Ley?
La ley sancionará con hasta tres años de prisión o multas de hasta 30 millones de wones coreanos (aproximadamente $23,000) a cualquier persona que sacrifique un perro para obtener alimento. Quienes críen perros para consumo o adquieran, transporten, almacenen o vendan productos alimenticios hechos con carne de perro igualmente enfrentarán penas menores y tiempo en prisión.
El giro político se ve clarificado con el apoyo recibido por parte de la primera dama Kim Keon Hee y su aprovisionamiento esperado del presidente Yoon Suk Yeol.
Impacto en los Negocios y Respuesta Social
Los dueños de granjas de perros, restaurantes de carne de perro y otros trabajadores de la industria tendrán un período de gracia de tres años para cambiar o cerrar sus negocios. Se proporcionará apoyo gubernamental local para facilitar la transición a otros negocios 'de manera estable'.
Si bien el consumo de carne de perro ha disminuido significativamente, sobre todo entre las generaciones más jóvenes, el cese de esta práctica plantea preocupaciones sobre la supervivencia económica de los trabajadores de la industria. No obstante, una encuesta reciente revela que una gran mayoría de la población está en contra del consumo de carne de perro y no planea consumirla en el futuro.
Una Tradición en Declive
Tradicionalmente, en Corea del Sur, la carne de perro se ha visto como un alimento que ayuda a combatir el calor del verano y era una fuente de proteínas barata y accesible. Sin embargo, esa percepción ha cambiado, y la práctica ha sido criticada tanto a nivel nacional como internacional por grupos de derechos de los animales, que abogaban por un cambio legislativo.
El parlamento surcoreano ha demostrado una evolución en la legislación que refleja las tendencias observadas en otros países asiáticos, mostrando un cambio generacional en la percepción y el consumo de alimentos.