¿A qué edad somos más atractivos?

La belleza es un concepto subjetivo que varía según los gustos, la cultura y el contexto personal. Sin embargo, un reciente estudio de NordChem revela que existen ciertas edades en las que los hombres y las mujeres son percibidos como más atractivos.

El estudio encontró que las mujeres alcanzan su máximo atractivo a los 28 años, mientras que los hombres lo logran a los 32. Esto contradice la creencia común de que la juventud es siempre sinónimo de mayor atractivo.

Combinación de juventud y madurez

Según el estudio, tanto hombres como mujeres experimentan un "pico" de atractivo en edades que combinan juventud con madurez y estabilidad. Esta combinación de experiencias de vida y desarrollo personal juega un papel clave en ser percibido como más atractivo.

En el caso de las mujeres, los 28 años marcan una etapa en la que logran una combinación ideal entre frescura y confianza. Esto las hace más seguras y equilibradas, cualidades que son percibidas como atractivas.

Para los hombres, los 32 años representan una época de madurez y confianza personal que les permite proyectar una imagen de estabilidad y seguridad.

Influencia de factores emocionales y químicos

Más allá de la edad, el atractivo también está vinculado a aspectos emocionales y químicos. La revista Allure señala que la atracción no depende únicamente de los rasgos externos, sino también de sustancias como la dopamina y la serotonina, que influyen en cómo percibimos la belleza y el atractivo.

El estudio de Allure también sugiere que, para los hombres, el rango de mayor atractivo se extiende entre los 30 y los 34 años, mientras que para las mujeres continúa siendo a los 28.

Percepción de la "vejez"

El estudio también aborda la percepción de la "vejez" en términos de atractivo. Allure señala que el atractivo comienza a disminuir en las mujeres a partir de los 53 años y en los hombres a partir de los 59. Sin embargo, este dato depende en gran medida de los valores y estereotipos sociales.

En conclusión, el atractivo no está determinado únicamente por la edad, sino por una combinación de factores que incluyen la juventud, la madurez, la confianza, los rasgos emocionales y los químicos.