Drama en Colegiales: derrumbe en una obra deja a dos obreros atrapados

Un terrible accidente laboral tuvo lugar esta tarde en una obra en construcción ubicada en Cramer al 1600, en el barrio porteño de Colegiales. Dos obreros, Lautaro Leguizamón (21) y su tío José Leguizamón (65), quedaron atrapados entre los escombros luego de que una losa cediera y toda la estructura se derrumbara.

Según el relato de Rubén Leguizamón, hermano de José, la familia Leguizamón se dedica a la construcción desde hace años. Este lunes, como todos los días, se levantaron temprano para salir desde Moreno, en la provincia de Buenos Aires, y dirigirse a la obra en Colegiales. De los siete obreros que trabajaban en el lugar, seis estaban presentes en el momento del accidente.

El momento del derrumbe

Rubén, quien se encontraba en el andamio en el momento de la tragedia, recuerda vívidamente los hechos: "Yo estoy charlando con Lautaro, subo al andamio y pongo el hilo con otro de mis sobrinos, ponemos la medida para levantar la pared. Y ahí siento que él insulta, algo dice, y ahí se siente la explosión. Se vino todo abajo, toda la estructura".

La losa que se desplomó era parte de una remodelación en el edificio. Rubén, quien se salvó gracias a una losa nueva que estaba justo encima de él, vio cómo su hermano quedaba atrapado entre los escombros.

El rescate

De inmediato, los obreros que no habían resultado heridos comenzaron a luchar contra reloj para liberar a sus compañeros. El trabajo de rescate fue arduo y angustioso. Durante cuatro horas, trabajaron incansablemente para sacar a Lautaro de los escombros. Recién a las 17.05 fue retirado en una camilla, atendido por personal del SAME y derivado al Hospital Pirovano.

José, el tío de Lautaro, también fue trasladado al Hospital Pirovano con un cuadro de traumatismo de cráneo sin pérdida de conocimiento. Ambos obreros quedaron en observación durante 24 horas, teniendo en cuenta el tiempo de exposición y de aplastamiento que experimentaron.

"Nací de vuelta"

Rubén, visiblemente conmocionado, relató la desesperación que sintió al no encontrar a su hermano y a su sobrino entre los escombros. "No lo veía a mi hermano, ni a Lautaro. Veía a los otros, pero a ellos no, entonces digo '¿tan tapado en escombro está?'. Era una montaña de escombro impresionante, como dos metros, tres metros".

El obrero, que lleva años dedicándose a la construcción, aseguró que este accidente fue el momento más crítico de su vida. "Entré a gritar porque no lo veía a mi hermano, mirá cómo me emociono porque no lo veía a mi hermano, ni a Lautaro. Lo que pasó fue terrible, el momento más crítico de mi vida".

Rubén, quien se mostró agradecido por el hecho de que tanto su hermano como su sobrino se encuentren bien, reflexionó sobre lo ocurrido: "Yo lo que pienso es que Dios también participa, pero también es una alerta, es un llamado de atención, es reflexionar, empezar a ver cómo se hacen las cosas, es como que uno nace de vuelta, quiere decir que hay que replantearse muchas cosas. Y la vida continúa”.

El derrumbe en Colegiales puso en evidencia una vez más las precarias condiciones en las que muchas veces se realizan las obras de construcción en la Ciudad de Buenos Aires. Según denunció uno de los obreros, el arquitecto a cargo de la obra no se hizo presente en el lugar tras el accidente.