Desalojan a una familia de inmigrantes de su vivienda en Lavapiés
La Policía lleva a cabo el desahucio de Zohra y su familia
Esta mañana, un amplio despliegue formado por agentes de la Policía Municipal y miembros del cuerpo de bomberos han acudido a la calle Zurita 31, en el barrio de Lavapiés, para llevar a cabo el desahucio de Zohra y su familia. Según denuncia el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos de Madrid, la familia se encuentra en situación de vulnerabilidad.
Este ha sido el tercer intento de desahucio de esta familia de inmigrantes de origen marroquí. La operación ha sido compleja, ya que uno de los activistas que quería frenar el desahucio se encontraba colgado en el vacío del patio del bloque. Según el Sindicato de Inquilinas e Inquilinos, si la Policía trataba de abrir la puerta del inmueble, el mecanismo que mantenía colgado al activista se activaría y caería al vacío desde 12 metros de altura.
Hacia las 10:00 horas de esta mañana, los bomberos han descolgado al activista, que posteriormente ha sido detenido. Hacia las 10:30 horas, los agentes han desalojado a la familia de la vivienda de Zurita 31. Posteriormente, la familia ha sido atendida por los miembros del Samur social.
Activistas tratan de impedir el desalojo
Los activistas que se habían concentrado en el entorno de la vivienda de Zohra se encontraban en una actitud pacífica, según fuentes policiales. Sin embargo, el Sindicato de Inquilinas ha publicado vídeos en redes sociales en los que se puede ver a varios activistas tratando de evitar que la Policía entrara en el inmueble.
La familia denuncia vivir en condiciones deplorables
A través de una nota de prensa, el citado sindicato ha denunciado que Zohra, su marido y su hijo menor de edad iban a ser desahuciados de su hogar, a pesar de cumplir con todos los requisitos de vulnerabilidad que marca el Real Decreto que suspende los desahucios.
Según el sindicato, Zohra y su familia han estado viviendo en condiciones deplorables: la casa presenta mucha humedad, infestaciones de chinches y cucarachas, y problemas estructurales graves, como techos a punto de colapsar y filtraciones de agua desde el baño de los vecinos de arriba.