La Guardia Civil ha detenido en Caspe (Zaragoza) a A. M., un ciudadano marroquí de 39 años por su presunta implicación en actividades yihadistas del Estado Islámico (ISIS en sus siglas en inglés). El arresto se precipitó después de que los investigadores constataran que el sospechoso mostraba un “perfil inestable” ―sin una estructura familiar de acogida, fuertemente radicalizado desde hace siete años y con trastornos psiquiátricos que habían obligado recientemente a ingresarle en un centro médico― que elevaba “el nivel de riesgo que pudiera suponer para la seguridad nacional”, según ha destacado el Ministerio del Interior este lunes en una nota de prensa.
Perfil similar al autor del atentado de Algeciras
Fuentes cercanas a la investigación comparan la peligrosidad de ahora arrestado con el supuesto yihadista acusado de cometer el atentado múltiple en Algeciras (Cádiz) en enero de 2023 en el que mató a machetazos el sacristán David Palencia.
Sin armas, pero sí consultas sobre armamento
En el registro de la vivienda que ocupaba el ahora detenido en la localidad zaragozana, los agentes no han encontrado armas, aunque en los equipos informáticos que usaba han quedado registrados numerosas consultas en internet sobre armas de fuego y equipamiento militar, añaden estas fuentes. El detenido ha ingreso en prisión este lunes por orden de la Audiencia Nacional por la presunta comisión de delitos de terrorismo.
Investigado desde 2017
La bautizada como Operación Hadada que desembocó en la detención de A. M. el pasado viernes por la mañana se inició en junio, cuando la Guardia Civil desarrolló otro operativo contra el yihadismo, la llamada Operación Almuasasa con la que en colaboración con el FBI y la Agencia de la Unión Europea para la Cooperación Policial (Europol), que permitió desmantelar la mayor estructura de difusión de propaganda digital del ISIS. Entonces, fueron detenidos nueve personas en Algeciras (Cádiz), Antas (Almería) y Salt (Girona). Según detallan fuentes cercanas a las pesquisas, también estaba previsto capturar entonces al ahora detenido ―que estaba siendo investigado desde 2017 por sus actividades en internet― como presunto consumidor y difusor de material yihadista, pero en aquellas fechas se encontraba en su país de origen por lo que no se pudo realizar.
El posterior análisis de la información recabada en aquella operación permitió a los investigadores saber que A. M. no solo había consumido masivamente esta propaganda sino que supuestamente había jugado un papel importante en la radicalización de al menos uno de los arrestados entonces. Las pesquisas permitieron comprobar, además, que utilizaba sus elevados conocimientos informáticos para elaborar material radical e, incluso, que gracias a ellos había modificado juegos online de estrategia para que estos se desarrollaran en un supuesto califato yihadista en el que los participantes debían conquistar nuevos territorios para el ISIS. Estos juegos y las plataformas utilizadas para que los jugadores para comunicarse eran utilizadas por él para realizar presuntamente proselitismo. “En su domicilio hemos intervenido material informático muy sofisticado”, destacan estas fuentes.
Perfil inestable
Al alto grado de radicalización que mostraba en sus comunicaciones y actividades en internet, la Guardia Civil destaca la inestabilidad de su situación personal. Separado y con hijos que no vivían con él, desde hace tiempo no se le conocía ningún trabajo y sus único ingresos eran las ayudas sociales que recibía. Además, desde 2008 acumulaba en España, donde tenía residencia legal, un elevado número de antecedentes policiales y judiciales por delitos como robo con fuerza, lesiones, amenazas, atentado a la autoridad, malos tratos y hurto. En el momento de arresto tenía una requisitoria judicial de busca y captura por un episodio de violencia de género. A ello se sumaba que estaba siendo tratado de diversos trastornos mentales que habían obligado a ingresarle recientemente en un centro sanitario. De hecho, su arresto se produjo solo unos días después de que hubiera recibido el alta. “Todo ello hacían de él un perfil preocupante que aconsejaba su detención”, recalcan fuentes cercanas a la investigación.
Estado mental y terrorismo
En este sentido, la Guardia Civil destaca en la nota de prensa hecha pública este lunes que “muchos de los individuos que han protagonizado acciones terroristas violentas en Europa en los últimos años se corresponden con un perfil similar al del detenido, habiendo protagonizado incidentes violentos en sus comunidades y habiendo exteriorizado indicios de inestabilidad mental”. Y añade que, en 2019, el Comité de Dirección en materia de Prevención de Radicalización de la Comisión Europea incluyó entre las prioridades de prevención de la radicalización, el análisis del impacto de los problemas mentales en las personas que protagonizan acciones violentas súbitas.
Balance de detenciones
En lo que va de año, las Fuerzas de Seguridad han detenido a 56 presuntos yihadistas en España ―tres de ellos en la provincia de Zaragoza―, además de otros cuatro en el extranjero, según el balance oficial de Interior de la lucha antiterrorista. España se encuentra en el nivel 4 de alerta antiterrorista, “riesgo alto” ―en vigor desde junio de 2015―, sobre los cinco existentes, aunque en momentos puntuales, como Navidad, Semana Santa o acontecimientos deportivos, Interior imparte instrucciones para reforzar las medidas se seguridad. Parte de ese intensificación se ha focalizado en diferentes legaciones diplomáticas en España a causa de la gran polarización existente tras estallar en octubre del año pasado el conflicto en la franja de Gaza. De hecho, al ahora detenido se le intervino material radical con amenazantes alusiones a Israel.