Al Paseo de la Ermita del Santo llegan visitantes en busca de bendiciones y buena suerte

Madrid se viste de fiesta para celebrar a su patrón, San Isidro labrador. El Paseo de la Ermita del Santo se convierte en un punto de encuentro para devotos y curiosos que buscan bendiciones y buena suerte.

Devoción y tradición

Desde tempranas horas de la mañana, los fieles acuden a la Ermita del Santo para venerar la imagen del patrón de Madrid. El ambiente es de fervor y alegría, con cánticos y oraciones que llenan el aire.

Entre los visitantes, Víctor García, un vendedor de cupones de la ONCE, es una especie de termómetro del ambiente festivo. Lleva casi 200 cupones vendidos, señal de que la gente está dispuesta a probar suerte en este día especial.

La visita de las autoridades

El momento más esperado del día es la visita de las autoridades, que desfilan delante de la Ermita del Santo junto a sus séquitos de fieles. Rita Maestre, Íñigo Errejón, Juan Lobato o Reyes Maroto son algunos de los políticos que se acercan a saludar a los madrileños.

El alcalde, Jose Luis Martínez Almeida, es recibido con aplausos y vítores. Mercedes, una vecina de El Ejido, aprovecha la ocasión para tocarle y pedirle un deseo. La mujer, que ha venido a Madrid para pasar unos días con su familia, asegura que este es el mejor día del año para pedir un favor.

Un chotis con el alcalde

Mientras el alcalde pasea por la pradera, aparece Rocío Monasterio, diputada de Vox en la Asamblea de Madrid. Monasterio, vestida de chulapa, se ofrece a bailar un chotis con Almeida, pero éste se niega aduciendo que no sabe bailar. "No sabe bailar", comenta sobre Monasterio. "Algunas clases te puedo dar. A la derechita acomplejada...", se despide.

Celebración en la caseta del PP

La fiesta continúa en la caseta del Partido Popular, donde todo son risas, gritos y celebraciones. Paco Martínez, dueño del lugar, se muestra preocupado por la afluencia de gente, pero atiende a sus clientes con una sonrisa.

Almeida se acerca a la caseta y es recibido con entusiasmo. Los afiliados del PP le piden una foto, que acepta con gusto. Tras hacerse la foto, Almeida se marcha rápidamente para seguir con su recorrido.

El Paseo de la Ermita del Santo seguirá siendo un punto de encuentro para los madrileños hasta el próximo año, cuando volverán a celebrar a su patrón con la misma devoción y alegría.