Devon Island: La isla deshabitada más grande del mundo y su trágica historia

Devon Island, ubicada en el vasto y helado Ártico canadiense, es la isla deshabitada más grande del planeta, con una superficie cinco veces mayor que Hawái. Este desolado desierto polar, con sus imponentes montañas y playas heladas, se ha convertido en un testimonio silencioso de los intentos fallidos de colonización humana.

Los primeros habitantes

Hace siglos, los inuit habitaban Devon Island, dejando atrás restos de su cultura en Dundas Harbour, conocidos como Morin Point Thule. Este sitio revela evidencias de conexiones comerciales con colonias nórdicas en Groenlandia y rutas comerciales que se extendían hasta Asia.

Expediciones fallidas

A lo largo de la historia, varias expediciones y asentamientos militares han intentado establecerse en Devon Island, pero todos han fracasado trágicamente. La fatídica Expedición Franklin de 1845 dejó rastros en la isla, incluidos implementos de navegación y latas de carne enlatada, pero nunca se encontró a los 129 hombres a bordo.

En 1924, la Real Policía Montada de Canadá (RCMP) intentó establecer una presencia en la isla, pero dos oficiales murieron en un lapso de tres años. El puesto fue abandonado, reabierto y finalmente cerrado en 1951.

Investigación y turismo

Hoy, Devon Island es un centro de investigación para la NASA y el Instituto de Marte. Las condiciones extremas de la isla sirven como un análogo para las misiones espaciales y las pruebas de equipos en Marte. El Proyecto Haughton-Mars utiliza el cráter Haughton como base para estas investigaciones.

Aunque la isla permanece deshabitada, las comunidades inuit cercanas prosperan, preservando su rica cultura. Los visitantes pueden explorar Devon Island a través de cruceros de expedición, observando la vida silvestre, caminando por la tundra y descubriendo los vestigios de los intentos de colonización pasados.

Un legado de tragedias y resiliencia

Devon Island es una sombría pero fascinante historia de los intentos fallidos del ser humano por conquistar la naturaleza implacable del Ártico. Sus costas heladas y su terreno inhóspito ocultan un pasado de tragedias, resiliencia y el espíritu inquebrantable de aquellos que se atrevieron a desafiar lo desconocido.