El Gobierno se desmarca de la polémica por la visita de diputados libertarios a represores
En un intento por desligarse del escándalo que generó la visita de diputados de La Libertad Avanza (LLA) a un grupo de genocidas en la cárcel de Ezeiza, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, aseguró que los legisladores "deben dar respuesta" por sus actos porque fueron "votados por el pueblo".
"Esto no fue una decisión partidaria, sino una decisión independiente de algunos legisladores que fueron votados por el pueblo. Son ellos los que tienen que dar respuesta", afirmó Francos.
Rocío Bonacci justifica la visita
Por su parte, la diputada de LLA Rocío Bonacci, una de las legisladoras oficialistas que se reunió con los represores, aseguró que el encuentro contó con el aval de la líder del partido, Patricia Bullrich.
"Lo craneó Beltrán [Benedit], supongo que con ayuda de Guillermo [Montenegro] y, parece ser, a raíz de unos chats que salieron ayer, todavía no lo charlé con el bloque, que esto tenía un okey de Patricia Bullrich", afirmó Bonacci.
La diputada también relató cómo fue el ingreso de los diputados al penal: "Simplemente nos abrieron la puerta, ingresamos, conversamos, nos recibieron muy cordialmente y los diputados teníamos todos nuestros teléfonos. Fue todo muy irregular. De hecho, ingreso al pabellón consciente de que me iban a tantear los bolsillos, que me iban a pedir el teléfono y más datos y no pasó", detalló.
La visita genera rechazo
La visita de los diputados libertarios a los genocidas generó un fuerte rechazo en diversos sectores de la sociedad. Organizaciones de derechos humanos condenaron el hecho y pidieron que se investigue la posible comisión de delitos.
También hubo críticas dentro del propio oficialismo. El diputado nacional Martín Tetaz calificó la visita de "impresentable" y aseguró que "no representa los valores del partido".
El escándalo también salpica al Gobierno nacional, que intenta desvincularse de la polémica y evitar que afecte su imagen de cara a las próximas elecciones.