La disculpa pública de Sheinbaum por el 2 de octubre: un acto simbólico
Este miércoles se cumplieron 56 años de la masacre cometida contra los estudiantes que se manifestaron en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en Tlatelolco, el 2 de octubre de 1968.
La disculpa pública como acto simbólico
La Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) estableció en 2021 cinco tipos de medidas de restitución para reparar los daños causados a víctimas de violaciones de sus garantías individuales por parte de funcionarios públicos, entre ellas, la disculpa pública.
Este acto simbólico busca dignificar a las víctimas y promover un compromiso público por parte de las autoridades responsables, reconociendo su responsabilidad y evitando que hechos similares se repitan.
La disculpa pública ofrecida por Claudia Sheinbaum y Rosa Icela Rodríguez, publicada en el Diario Oficial de la Federación, reconoce la verdad sobre los hechos del 2 de octubre, rechazando las estrategias gubernamentales que pretendieron descalificar el movimiento estudiantil acusándolo de una conspiración comunista.
Además, el pronunciamiento asume la responsabilidad del Estado mexicano en la masacre y establece el compromiso de garantizar la no repetición de actos de represión, privación ilegal de la libertad, uso de fuerzas armadas contra la población y otras violaciones graves a los derechos humanos.
En particular, se destaca el compromiso de que las fuerzas armadas nunca más serán utilizadas para atacar o reprimir al pueblo mexicano.
La importancia de dignificar a las víctimas
El acto simbólico de la disculpa pública no solo reconoce la injusticia de los hechos, sino que también busca dignificar a las víctimas y promover la memoria histórica.
Esta disculpa pública es un paso importante en el proceso de reparación del daño causado a las víctimas y a la sociedad en su conjunto, al contribuir a la verdad y al reconocimiento de las responsabilidades del Estado.