La educación y la estabilidad económica pueden influir en el riesgo de desarrollar demencia

El poder de la educación

Según el estudio, contar con estudios universitarios reduce en un 43% las probabilidades de que una persona pase de un estado cognitivo saludable a uno de deterioro leve. Esta reducción significativa se atribuye a que la educación universitaria, en muchos casos, implica una mayor estimulación mental, lo cual fortalece la llamada "reserva cerebral". Este concepto se refiere a la capacidad del cerebro para resistir daños y mantener sus funciones a pesar del envejecimiento o las enfermedades.

La influencia de la riqueza

Además de la educación, el estudio encontró que pertenecer al tercio más rico de la población reduce en un 26% el riesgo de que una persona con deterioro cognitivo leve avance hacia la demencia. Este hallazgo sugiere que la estabilidad económica podría ofrecer un entorno de vida menos estresante y con mayores oportunidades para acceder a recursos que favorecen la salud mental y el bienestar general.

Recuperación y prevención

El equipo de investigación observó que los participantes con mayor riqueza tenían un 56% más de probabilidad de recuperarse de un estado de deterioro cognitivo leve y volver a un estado saludable, en comparación con quienes contaban con menos recursos. La investigación concluye con un llamado a implementar políticas que fomenten el bienestar mental y cognitivo en todas las capas socioeconómicas. Los autores sugieren que estos esfuerzos no solo beneficiarían a los individuos, sino también a los sistemas de salud y a la sociedad en general, al reducir la carga que representa el deterioro cognitivo en edades avanzadas.

El estudio resalta cómo el acceso a la educación y a una economía estable no solo beneficia en términos de éxito laboral o estabilidad financiera, sino que también puede ser un escudo protector para la salud mental en los últimos años de vida.