Las alianzas que posibilitaron la investidura de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno sufren un momento de tensión que dificulta la aprobación en el Congreso de los Presupuestos Generales del Estado para 2023.

El bloque de la investidura se deshilacha

Hace un año, cuando se constituyeron las actuales Cortes, la mayoría de izquierdas que apoyaba al ejecutivo de coalición formado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Unidas Podemos, parecía sólida. Sin embargo, los acontecimientos de los últimos meses han evidenciado que la unidad de este bloque es cada vez más frágil.

La aprobación del paquete de medidas fiscales, que incluía la creación de un impuesto a las grandes fortunas, ha sido un punto de inflexión en la relación entre los socios de gobierno. El partido catalán de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) se opuso frontalmente a esta medida, lo que obligó al gobierno a retirar el proyecto de ley.

Este episodio ha puesto de manifiesto las profundas diferencias ideológicas que existen dentro del bloque de la investidura. Mientras que Podemos y el Bloque Nacionalista Galego (BNG) defienden posiciones más a la izquierda, ERC y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) se muestran más moderados. Esta diversidad de opiniones dificulta la búsqueda de acuerdos y genera constantes tensiones.

Unidas Podemos, el socio más crítico

En las últimas semanas, Unidas Podemos ha sido el socio más crítico con el gobierno. La formación morada ha amenazado en reiteradas ocasiones con romper el acuerdo de coalición si no se atienden sus demandas. Entre estas demandas se encuentran la aprobación de una ley de vivienda, la derogación de la reforma laboral y la creación de un impuesto a las grandes empresas energéticas.

La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, ha sido la principal portavoz de estas críticas. Belarra ha acusado al PSOE de incumplir los acuerdos del programa de gobierno y de anteponer los intereses de los empresarios a los de la clase trabajadora.

El PNV, un socio incómodo

El PNV es otro de los socios que está poniendo en jaque la estabilidad del gobierno. El partido nacionalista vasco ha bloqueado la aprobación de varios proyectos de ley, entre ellos la ley de vivienda y la reforma de la ley de educación. El PNV argumenta que estas leyes no se ajustan a las necesidades de Euskadi y que vulneran las competencias de la comunidad autónoma.

El portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, ha criticado duramente la actitud de Unidas Podemos. Esteban ha acusado a la formación morada de buscar el enfrentamiento y de anteponer sus intereses partidistas a los del gobierno.

ERC, un socio dividido

ERC es el tercer gran socio del gobierno de coalición. El partido independentista catalán se encuentra dividido entre su voluntad de mantener el apoyo al gobierno y su compromiso con el independentismo. Esta división interna se ha hecho patente en las últimas semanas, en las que ERC ha votado en contra de varios proyectos de ley del gobierno.

El presidente de ERC, Oriol Junqueras, ha defendido la necesidad de mantener el diálogo con el gobierno. Sin embargo, otros dirigentes del partido, como el portavoz en el Congreso, Gabriel Rufián, se han mostrado más críticos con el ejecutivo de coalición.

El fantasma de la repetición electoral

El desgaste del bloque de la investidura ha alimentado los rumores sobre una posible repetición electoral. Sin embargo, tanto el PSOE como Unidas Podemos han descartado esta posibilidad. Ambas formaciones consideran que una nueva convocatoria electoral sería contraproducente y podría dar lugar a un gobierno de derechas liderado por el Partido Popular (PP).

Por el momento, el gobierno de coalición se mantiene en pie. Sin embargo, las tensiones entre sus socios hacen que su futuro sea incierto. Si estas tensiones no se resuelven, es posible que el gobierno acabe convocando elecciones anticipadas.