El declive del antaño poderoso PRI: un vestigio de su otrora gloria
El Partido Revolucionario Institucional (PRI), otrora un coloso político que gobernó México durante más de siete décadas, vive hoy un marcado declive. Sus propiedades multimillonarias, que fueron símbolos de su poderío, ahora lucen vacías y deterioradas, reflejando el ocaso de un instituto que se creía invencible.
Un imperio inmobiliario en ruinas
Según el Sistema de Portales de Obligaciones de Transparencia (SIPOT), el PRI posee al menos 151 propiedades en 22 estados del país, con un valor catastral total de más de 654 millones de pesos. Sin embargo, muchas de estas propiedades se encuentran en mal estado, con paredes agrietadas, vidrios rotos y áreas verdes descuidadas.
La sede nacional del PRI, ubicada en Insurgentes Norte 59, es un claro ejemplo de esta decadencia. El complejo, que alguna vez albergó a miles de afiliados, hoy luce casi vacío. Su estacionamiento está a menos de una tercera parte de su capacidad, y los accesos rara vez se abren para permitir la entrada de empleados o visitantes.
El peso de las deudas
Además de su declive inmobiliario, el PRI enfrenta una difícil situación financiera. Sus prerrogativas, que en 2025 ascenderán a 985 millones de pesos, son insuficientes para cubrir sus gastos y deudas.
Los estatutos del partido autorizan a su Consejo Político Nacional a vender o gravar sus propiedades en caso de que sea necesario. Esta medida podría ser el último recurso para un partido que se encuentra al borde de la bancarrota.
El fin de una época
El declive del PRI es un síntoma del cambio político que ha experimentado México en las últimas décadas. El partido, que alguna vez fue el único capaz de ganar elecciones presidenciales, hoy se enfrenta a una fuerte competencia de otros partidos políticos.
Las reformas electorales, la pérdida de apoyo popular y la corrupción interna han debilitado al PRI, dejándolo como una sombra de lo que fue. Sus propiedades multimillonarias, que alguna vez fueron un símbolo de su poder, ahora son un recordatorio de su glorioso pasado.
El PRI se encuentra en una encrucijada, enfrentando un futuro incierto. Sus propiedades vacías y su situación financiera precaria son un testimonio del declive de un partido que alguna vez fue el más poderoso de México.