Las razones de la derrota de Kamala Harris en las elecciones estadounidenses

El error estratégico en el que incurrió Kamala Harris durante su único debate con Donald Trump marcó un triste precedente similar al observado en 2016, cuando quedó evidente que las semillas de la derrota demócrata se habían sembrado en el debate presidencial inicial de aquel año.

El debate presidencial

Durante el debate, Trump criticó a Clinton por los acuerdos comerciales respaldados por su esposo, dejándola sorprendida y sin una respuesta contundente. Esta reacción reveló una falta de comprensión sobre la profunda brecha que se había formado entre las experiencias de los trabajadores estadounidenses y las opiniones de los progresistas en materia de política económica.

La postura de Clinton sobre el comercio exterior reflejaba la decisión tomada por el Partido Demócrata de no priorizar la protección de los empleos manufactureros, sin haber entablado un debate nacional claro al respecto. Trump aprovechó esta falta de claridad para presentar a los Clinton como parte de un grupo económico neoliberal que había traicionado a los trabajadores estadounidenses.

El autogol de Harris

En los primeros minutos de su debate con Trump, Harris cometió un autogol al plantear el tema de los aranceles como un "impuesto Trump". Esta estrategia intentaba reforzar el argumento demócrata de que Trump sería desastroso para la economía debido a su plan arancelario generalizado, que avivaría la inflación, una de las principales preocupaciones económicas de los estadounidenses.

Sin embargo, los votantes de Pensilvania y Wisconsin se centraron en la palabra "arancel", en lugar de "inflación". Esta crítica fue interpretada como un ataque a los trabajadores de la manufactura y de servicios, quienes habían sido traicionados por las políticas económicas neoliberales en las últimas décadas.

Harris debió haber enfatizado su apoyo a los trabajadores, utilizando todas las herramientas disponibles, incluidos los aranceles cuando fuera necesario, para proteger los empleos. También debió haber adoptado una postura más comprensiva sobre la economía política actual, prometiendo continuar alejando a Estados Unidos de su dependencia excesiva de la inflación de activos y el consumo, hacia un crecimiento impulsado por los ingresos, la producción y la resiliencia.

La opinión de expertos

El analista John Burn-Murdoch señala que los demócratas liderados por Harris son parte de una tendencia global de descontento con los partidos gobernantes. En las elecciones de 10 países en 2024, los partidos en el poder fueron expulsados o experimentaron una disminución en su participación electoral.

Burn-Murdoch atribuye esta tendencia a la dislocación económica provocada por la pandemia, que exacerbó la inseguridad financiera que se había acumulado después de la crisis financiera mundial de 2007-2008. El enojo resultante entre los votantes estadounidenses ha llevado a la expulsión del partido gobernante en tres elecciones consecutivas, algo inédito desde el siglo XIX.

Ante esta situación, el centro político enfrenta el desafío de elaborar un mensaje económico convincente que contrarreste tanto a la derecha nacionalista como a la izquierda anticapitalista.