El galimatías del Lluçanès: una comarca dividida
El Lluçanès, una comarca natural de Cataluña, está dividida administrativamente. Cinco municipios (Santa Maria de Merlès, Sant Bartomeu del Grau, Sant Boi de Lluçanès, Sant Agustí del Lluçanès y Sant Feliu Sasserra) se han desmarcado de la Mancomunitat, el órgano transitorio que debe dar paso al Consell Comarcal. Esta división refleja las diferentes opiniones sobre el sentido de pertenencia a la comarca y la forma en que se ha ido encogiendo administrativamente.
Orígenes de la división
El Lluçanès fue una sotsvegueria en 1611, pero Sant Feliu Sasserra se incorporó al Bages en 1936. Otros municipios también se han sentido cercanos a comarcas vecinas como el Berguedà y Osona. En 2015, un referéndum mostró apoyo a la creación de la comarca, pero cinco municipios votaron en contra. La división se agrandó cuando la Generalitat inició los trámites para crear la comarca en 2023.
El papel de Olost
El Ayuntamiento de Olost ha convocado una consulta para iniciar los trámites para salir de la comarca. Olost se siente poderosa y propone una fórmula menos grandilocuente que un Consell Comarcal, más cercana a una Mancomunitat. Esta actitud es calificada de insolidaria por quienes trabajan por una comarca más racional y posibilista.
Futuro incierto
No es fácil navegar por el marco legislativo y la división comarcal de Cataluña. Los municipios del Lluçanès tienen el deseo común de decidir su futuro, pero las comarcas vecinas no quieren perder población. El territorio natural, descuartizado administrativamente, se mantiene cosido por proyectos finalistas y el tejido educativo, cultural, musical y deportivo promovido desde Prats.
El futuro del Lluçanès es incierto. Habrá que ver si los municipios que aún apoyan la comarca aguantan, si Olost da marcha atrás y si los municipios que se han desmarcado cambian de opinión. Ya no hay brujas ni bandoleros en el Lluçanès, pero la división administrativa sigue siendo un galimatías.