El Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública lidera una transformación de la Administración Pública que traerá consigo un nuevo sistema de oposiciones siguiendo la estela de las propuestas lanzadas en 2021 por el exministro Miquel Iceta. Sin embargo, esta idea de unas pruebas menos memorísticas y más centradas en competencias no convence entre los altos funcionarios del Estado. Consideran que esta modalidad puede derivar en una "degradación del Estado", según explica Ana de la Herrán, presidenta de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado.

¿En qué consistirá el nuevo sistema de oposiciones?

Uno de los objetivos del Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública respecto al nuevo sistema de oposiciones es hacerlo más atractivo para las nuevas generaciones. Así, se pretende cubrir las vacantes que dejarán los funcionarios de la generación del baby boom, rejuvenecer las plantillas y atraer talento joven.

Alto funcionariado en contra

Esta visión de una oposición más atractiva resulta "antitética" para el portavoz de la Asociación Profesional de Secretarios, Interventores y Tesoreros de Administración Local (APSITAL), Alberto Bravo Queipo de Llano. Para él, las oposiciones son y deben seguir siendo "el último escalón de la excelencia". Además, considera que el sacrificio forma parte del proceso y no debe verse como algo negativo.

En esta misma línea se expresa María Foret Pastor, vicepresidenta del Sindicato de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social. Ella defiende que a las nuevas generaciones les cuesta permanecer tres o cuatro años estudiando para una oposición y que esta consta de tres pilares fundamentales:

  1. El esfuerzo
  2. La técnica
  3. La ilusión

Además, Foret defiende que "un alto funcionario tiene que saber hablar y expresarse". Aboga por mantener la capacidad memorística, que define como "imprescindible", y se opone a los exámenes prácticos y tipo test.

"Somos conscientes de que la evolución y los cambios son necesarios. Los jóvenes tienen otras inquietudes y somos conscientes de que hay que adaptar la Función Pública, pero no a cualquier coste", afirma.

Preocupación por la objetividad

La objetividad es una de las cuestiones que más preocupa al alto funcionariado si se modifican las oposiciones. De la Herrán insiste en que un funcionario debe tener "alta cualificación" y haber sido elegido "con criterios objetivos", dos cuestiones que, a su juicio, se están alterando.

Para la presidenta de la Asociación de Inspectores de Hacienda del Estado, el nuevo sistema de oposiciones que quiere poner en marcha el Gobierno desde hace algunos años ha generado "un problema donde no había un problema".

A pesar de su oposición, De la Herrán se muestra partidaria de introducir "algunos cambios". No obstante, lamenta que no se les haya dejado intervenir en debates y reflexiones y que se les haya "cerrado toda puerta" cada vez que han hecho aportaciones contrarias a las del Gobierno.