Miguel Ángel Rodríguez, en el banquillo de los acusados

El bulo del correo electrónico

Uno de los puntos clave del caso es un correo electrónico confidencial que Rodríguez filtró a los medios de comunicación. En dicho correo, la Fiscalía ofrecía un acuerdo al novio de Ayuso a cambio de que admitiera dos delitos fiscales. Sin embargo, Rodríguez ocultó que el novio de Ayuso ya había ofrecido este acuerdo en un correo electrónico anterior, lo que desvirtúa el ofrecimiento de la Fiscalía.

El ataque al fiscal general

Rodríguez ha defendido la necesidad de condenar al fiscal general por filtrar información personal de un supuesto delincuente, aunque existen numerosos precedentes de publicación de expedientes fiscales en los medios de comunicación. Además, acusa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de orquestar una operación política contra Ayuso. Sin embargo, no aporta pruebas de esta acusación.

La defensa del defraudador confeso

Rodríguez también ha defendido a Alberto González Amador, novio de Ayuso y defraudador confeso, acusando a Hacienda de no haber resuelto su caso a tiempo si no fuera por su relación con la presidenta madrileña. Sin embargo, Hacienda resolvió el engaño de González Amador aprobando una “liquidación vinculada a delito”, tal y como prevé la Ley.

Las declaraciones de Rodríguez ponen de manifiesto su voluntad de tergiversar la realidad y atacar a sus oponentes políticos, sin importar las consecuencias. Su comportamiento es un claro ejemplo de la falta de ética que impera en la política española.