El PP mantiene el favoritismo pero Feijóo pierde terreno en las encuestas

El Partido Popular (PP) mantiene su favoritismo en las encuestas de cara a las próximas elecciones generales, según el último barómetro de noviembre de 40dB para EL PAÍS y Cadena SER. Sin embargo, la imagen de su líder, Alberto Núñez Feijóo, se ha deteriorado significativamente en los últimos meses. Feijóo pierde terreno en las encuestas El barómetro de 40dB revela que Feijóo ha caído en ocho de los 11 atributos por los que se le preguntó a los encuestados. Actualmente, solo destaca en preparación, y lo hace empatando con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El deterioro de la imagen de Feijóo no es incompatible con que, entre sus votantes, su imagen se mantenga o incluso mejore. El problema es que solo con el apoyo de sus votantes más fieles, resulta difícil que el PP pueda ganar las próximas elecciones. El PP no capitaliza las fugas de Vox El barómetro también muestra que la valoración de Feijóo cae entre los electores de Vox. Los votantes de Santiago Abascal tienen ahora una opinión mucho peor de Feijóo que cuando este se estrenó como líder nacional. Además, el PP no está capitalizando las pequeñas fugas de Vox: estos votantes pasan a engrosar opciones como "no contesta", es decir, el voto oculto. El PSOE recorta distancias en el centro Por otro lado, el PSOE ha recortado distancias con el PP en la batalla por el centro. A partir de abril, coincidiendo con la salida de Pablo Casado, los populares ganaban por primera vez entre los ciudadanos moderados (los que se sitúan en el 5 de la escala ideológica de 0 a 10). En julio, la ventaja del PP sobre el PSOE en el centro alcanzó casi nueve puntos porcentuales. Sin embargo, en este último barómetro, la distancia se ha reducido muy considerablemente, hasta 2,6 puntos a favor del PP. En suma, aunque el PP parta como favorito para las próximas elecciones generales, el desempeño de su líder tras poco más de seis meses en el cargo no arroja un balance positivo. Feijóo fideliza a los suyos, pero gusta menos a los votantes potenciales a un lado y otro del espectro político que son imprescindibles para llegar a ser una alternativa ganadora.