El río Magro se ceba con los más mayores en Utiel

Al menos 6 muertos y numerosos atrapados en sus casas por la virulenta gota fría en Valencia

El río Magro, habitualmente un apacible hilo de agua, se ha convertido en un torrente desbocado que ha sembrado el caos en Utiel (Valencia). La virulenta gota fría que ha azotado la zona ha dejado un trágico balance de al menos 6 muertos, según ha confirmado el alcalde de la localidad, Ricardo Gabaldón.

El agua ha inundado numerosas viviendas hasta el techo, atrapando a sus ocupantes, especialmente a personas mayores con movilidad reducida. “Lo peor ha sido para las personas mayores, sin movilidad, que se quedaron atrapadas”, lamenta Carlos Hernández, mientras lucha contra el barro que ha invadido su casa.

Fernanda Miota ha perdido a su madre en esta tragedia. La vio morir por una claraboya que comunicaba las dos plantas de su vivienda. “Estaba con el agua al cuello y dejaron que se muriera”, denuncia. El agua, que ahora le llega a los tobillos, había alcanzado el techo de su casa apenas 12 horas antes.

Fernanda llamó al 112 pidiendo ayuda para sus padres, pero le informaron de que estaban recibiendo demasiadas llamadas. “Llamé entonces a mis amigos, a todo el mundo”, relata. Su petición de auxilio corrió como la pólvora entre los vecinos, algunos de los cuales salieron con barcas de pesca a rescatar a quienes encontraban. Sin embargo, la corriente se abrió paso rápidamente en la vivienda de Fernanda y sus padres.

Estado de shock y movilización ciudadana

La pareja de ancianos intentó subir a un altillo, pero la madre de Fernanda no pudo resistir y falleció sobre las seis de la tarde. Su hija cree que fue por hipotermia, tras horas sumergida en el agua. “Estamos destrozados”, dice, aún en estado de shock.

En el barrio de La Alameda, donde se encuentra la casa de Fernanda, solo hay destrucción, barro y una enorme movilización ciudadana para limpiar los hogares que quizá nunca vuelvan a ser habitables. Decenas, incluso un centenar, de viviendas han quedado arrasadas.

En el centro del pueblo, la Unidad Militar de Emergencias (UME) trabaja a destajo para achicar el agua de los comercios. Dioni, dueña de una tienda de golosinas, llora la muerte de una pareja de ancianos a los que cuidaba. “¡Qué impotencia!”, clama. “El único consuelo es que se murieron como querían: juntos”.

Las autoridades investigan las circunstancias de estas trágicas muertes y trabajan para restablecer la normalidad en Utiel, una localidad que todavía se encuentra en estado de shock por la virulenta gota fría que ha azotado la zona.