El vídeo 'robado' a Bendodo socava la estrategia del PP de dar por acorralado a Sánchez
En privado, la cúpula del PP reconoce que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, cuenta con apoyos suficientes para aprobar los próximos Presupuestos Generales del Estado. Esta revelación, que ha trascendido a través de un vídeo filtrado de una reunión interna del partido, contradice el discurso público de los populares, que presentan a Sánchez como un líder acorralado por la corrupción y sin capacidad para gobernar.
El reconocimiento de Bendodo
El vicesecretario de Política Autonómica y Municipal del PP, Elías Bendodo, afirmó en la reunión interna que "es muy posible que haya Presupuestos" y que Sánchez "tendría Presupuestos para el [año] 25 con la posibilidad de prórroga para el 26". Bendodo también descartó que se vaya a presentar una moción de censura o que Sánchez se someta a una cuestión de confianza, ya que "no se dan los datos para que haya moción de censura".
Las reacciones en el PP
La filtración del vídeo ha generado indignación en el PP, que lo considera un "error" de los servicios técnicos del Senado. Sin embargo, fuentes del partido reconocen que el momento de la filtración es "muy inoportuno", ya que "le estamos dando de forma indirecta un balón de oxígeno a Sánchez".
El discurso público del PP
En público, el PP mantiene un discurso muy crítico con el Gobierno de Sánchez, al que acusa de estar sumido en la corrupción y de ser incapaz de gobernar. Sin embargo, la revelación de que el partido cuenta con apoyos para aprobar los Presupuestos pone en entredicho esta estrategia.
Las consecuencias para el PP
La filtración del vídeo puede tener consecuencias negativas para el PP, ya que socava su credibilidad y cuestiona su discurso público. Además, puede dar alas al Gobierno de Sánchez, que podría utilizar esta información para reforzar su posición y negociar los Presupuestos con mayor fuerza.
Conclusión
La filtración del vídeo en el que Bendodo reconoce que es "muy posible que haya Presupuestos" ha puesto en jaque la estrategia del PP de dar por acorralado a Sánchez. Ahora, el partido se enfrenta al reto de explicar esta contradicción entre su discurso público y sus conversaciones privadas.