Elke Weber: «Hay que dejar de repartir culpas y optar por un pragmatismo positivista»

La catedrática de Psicología y Asuntos Públicos de la Universidad de Princeton, Elke Weber, ha abogado por dejar de repartir culpas y optar por un pragmatismo positivista para abordar la crisis climática.

Weber, que ha sido la primera psicóloga incorporada al Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, ha señalado que el cambio climático es algo que debería asustarnos y que es necesario comunicar la seriedad del asunto.

«Es necesario involucrar a más grupos en la toma de decisiones»

La experta ha destacado que el cambio climático es un problema demasiado serio como para que lo resuelvan las personas por sí solas y que es necesario involucrar a más grupos en la toma de decisiones.

«Cuando Alemania o Francia han reunido asambleas ciudadanas, se han llegado a aprobar medidas mucho más radicales que las que luego los parlamentos estaban dispuestos a aprobar», ha subrayado Weber.

«Hay espacio político para una derecha comprometida con la acción climática»

Weber ha afirmado que hay espacio político para una derecha comprometida con la acción climática y que no hay ninguna razón en contra.

«Tengo la sensación de que la derecha ataca las acciones climáticas porque suelen involucrar una mayor intervención del Gobierno. Pero si existiera una solución climática basada en la tecnología y el libre mercado, hasta los gobiernos populistas se apuntarían», ha señalado.

«La energía nuclear tiene un papel en la descarbonización»

En cuanto a la energía nuclear, Weber ha dicho que es demasiado cara y que construir nuevas centrales no es inteligente desde el punto de vista económico y político.

«Sin embargo, deberíamos usar las que ya tenemos», ha añadido.

«La ecoansiedad entre los jóvenes es comprensible»

Weber ha valorado la figura de ecoactivistas como Greta Thunberg y ha señalado que la ecoansiedad entre los jóvenes es comprensible.

«La ansiedad es comprensible, pero implica que te sientes impotente, y la depresión no tiende a engendrar acciones. La cólera es preferible: la ira es muy motivadora, implica que quieres cambiar algo», ha afirmado.

«Pero me preocupa la radicalización de las protestas. Pegarte a un cuadro o tirar pintura en una galería daña a la causa», ha añadido.

Weber ha concluido que sería un enfoque más positivo y realista transmitir que el cambio climático ya no se puede frenar, pero que podemos adaptarnos a sus consecuencias.