Esquerra Republicana y el juego de las sillas en el Parlament

Tras las elecciones al Parlament de Cataluña, Esquerra Republicana (ERC) se encuentra en una posición clave para negociar la investidura. La formación independentista obtuvo 20 diputados, lo que le convierte en el partido con más representación en la cámara catalana.

ERC ya ha conseguido una vicepresidencia y una secretaría en la Mesa del Parlament, pero aún tiene que decidir si apoya la investidura de algún candidato a la presidencia de la Generalitat. El favorito para ocupar este cargo es el socialista Salvador Illa, pero las bases de ERC se muestran reticentes a cualquier acuerdo con el PSC.

Las negociaciones con el PSC

Las negociaciones entre ERC y el PSC se antojan complicadas. Los republicanos exigen una serie de contraprestaciones a cambio de apoyar la investidura de Illa, entre ellas, mantener algunos cargos en el Govern de la Generalitat.

El PSC, por su parte, se muestra dispuesto a negociar, pero descarta ceder a todas las exigencias de ERC. Los socialistas recuerdan que tienen el apoyo de otros partidos, como Ciudadanos y el PP, y que podrían formar gobierno sin el apoyo de los republicanos.

El Govern en funciones

Mientras se producen las negociaciones, el actual Govern de la Generalitat, presidido por Pere Aragonès, continúa en funciones. El Ejecutivo catalán tiene una bolsa de 330 altos cargos y eventuales que ERC perderá si no llega a un acuerdo con el PSC.

La pérdida de estos cargos tendría un importante impacto económico para ERC, que ha visto reducidos sus ingresos en los últimos años debido a los malos resultados electorales. El partido independentista también dejaría de controlar una serie de empresas públicas y organismos autónomos.

El futuro de ERC

El futuro de ERC depende en gran medida de las negociaciones con el PSC. Si los republicanos consiguen mantener algunos cargos en el Govern, podrían fortalecer su posición política y organizativa.

Sin embargo, si ERC se ve obligada a ir a la oposición, su poder institucional menguaría aún más. El partido independentista debería entonces replantearse su estrategia y buscar nuevas alianzas para volver a ser competitivo en las próximas elecciones.