Esquerra Republicana acelera para cerrar un pacto con el PSC antes de que expire el plazo

El reloj corre en contra y Esquerra Republicana (ERC) está decidida a evitar un pacto de última hora para una eventual investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat de Cataluña. El plazo legal para evitar la repetición electoral en Cataluña expira el próximo 26 de agosto y la líder de los republicanos, Marta Rovira, ha dejado claro este sábado que no está dispuesta a dejarlo todo para el final.

Rovira ha instado a cerrar “un preacuerdo” durante este mes de julio y, para mostrar su voluntad de llegar a buen puerto, ha reforzado el equipo negociador de los republicanos con equipos especializados en cuatro materias: financiación singular, resolución del conflicto político, reconstrucción nacional y el mantenimiento de políticas puestas en marcha por el Govern que lidera Pere Aragonès.

Financiación singular, el eje del debate

Los republicanos ponen presión así sobre el PSC para llegar a un acuerdo antes de que expire el plazo, poniendo sobre la mesa cuatro carpetas ya conocidas pero dejando todo el foco sobre la económica: su propuesta ahí sigue siendo la financiación singular para Cataluña, en la línea del trato bilateral del concierto vasco pero añadiéndole un componente de solidaridad interterritorial.

Un acuerdo táctico y con mensaje interno

La decisión de ERC tiene tanto de táctico dentro de una negociación que se ofrecía al límite de los plazos como de mensaje interno a sus filas, donde un posible pacto con los socialistas genera división.

Puigdemont, una opción con pocas posibilidades

Rovira no ha cerrado del todo la posibilidad a apoyar a Carles Puigdemont, fundador de Junts, como president. Sin embargo, ha reflejado de manera explícita las pocas opciones de prosperar que tiene ese camino.

“Queremos [el preacuerdo en julio] porque necesitamos tiempo para debatir internamente ese acuerdo, si en realidad se ofrecen soluciones para el país o se precariza”, ha explicado la republicana. La dirección de Esquerra anunció una consulta interna en sus bases sobre el sentido del voto de la investidura y hacer girar la desconfianza a los socialistas es uno de los retos.