Madrid recibirá el miércoles a ministros árabes para impulsar la paz en Oriente Próximo
España recibe este miércoles a una nutrida delegación de ministros de Exteriores de países árabes, que componen el denominado Grupo de Contacto Árabe para Gaza, un día después del reconocimiento del Estado palestino por parte de España, Noruega e Irlanda.
Los responsables de la diplomacia árabe serán recibidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en La Moncloa y se reunirán con su homólogo español, José Manuel Albares, para discutir cómo avanzar en la fórmula de los dos Estados, uno israelí y otro palestino, como única salida al conflicto de Oriente Próximo.
La importancia del reconocimiento de España, Noruega e Irlanda
La presencia de los ministros árabes en Madrid supone un importante respaldo a la decisión del Gobierno español de reconocer al Estado palestino, un gesto que ha generado amenazas por parte de Israel.
Albares ha invitado a sus homólogos de Arabia Saudí, Jordania, Egipto, Emiratos Árabes Unidos (EUA) y Qatar, así como al secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Ajdul Gheit, para debatir los próximos pasos a dar en la consecución de un alto el fuego inmediato en Gaza, la entrada de ayuda humanitaria a la Franja y el reforzamiento de la Autoridad Palestina.
La respuesta de Israel y la viabilidad de una conferencia internacional
El ministro de Exteriores de Israel, Israel Katz, advirtió el lunes que "dañarían a quien les dañe", en referencia a España, Irlanda y Noruega.
Pese a las amenazas, Sánchez ha expresado su propósito de trabajar "desde mañana mismo" para hacer realidad la solución de los dos Estados y se ha comprometido a impulsar la cooperación con los "socios árabes" para avanzar hacia la convocatoria de una conferencia internacional de paz sobre Oriente Próximo.
La idea de convocar una conferencia internacional fue resucitada por España tras el inicio del actual conflicto y asumida por más de 80 países (la UE, la Liga Árabe y la Conferencia Islámica), pero rechazada de plano por Israel. La cercanía de las elecciones en Estados Unidos en noviembre arroja serias dudas sobre su viabilidad a corto plazo.