¿Estamos entendiendo mal el estrés? Expertos revelan la verdad detrás de sus efectos

En la acelerada vida moderna, el estrés se ha convertido en un compañero constante. Sin embargo, ¿es realmente el enemigo que creemos? Expertos en salud mental y física están reevaluando nuestra percepción del estrés, argumentando que no toda la tensión es perjudicial. En este artículo, exploraremos cómo el estrés, en dosis adecuadas, puede ser un aliado para nuestra salud y bienestar.

El estrés como respuesta natural: ¿amigo o enemigo?

Esta perspectiva desafía la noción común de que el estrés es inherentemente dañino, sugiriendo que, en realidad, es una parte integral de la experiencia humana.

Eustrés vs. Distrés: Entendiendo los dos lados del estrés

No todo el estrés es igual. Los expertos distinguen entre dos tipos principales: eustrés y distrés. El eustrés es el estrés positivo, aquel que nos impulsa a alcanzar nuestras metas, mejorar nuestro rendimiento y adaptarnos a nuevos desafíos. Por otro lado, el distrés es el estrés negativo, crónico e incontrolable, que puede tener efectos perjudiciales en nuestra salud física y mental.

El Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH) advierte que el estrés prolongado puede exacerbar problemas digestivos, trastornos del sueño y dolores de cabeza, además de contribuir al desarrollo de enfermedades mentales como la depresión y la ansiedad. Por lo tanto, es crucial reconocer cuándo el estrés deja de ser útil y comienza a ser perjudicial.

Señales de que el estrés se está volviendo perjudicial

La Lic. Sandra Germani, psicóloga del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires, señala que el estrés crónico se manifiesta de diversas maneras. Algunas señales físicas incluyen:

También pueden presentarse síntomas emocionales y cognitivos, como irritabilidad, ansiedad, dificultad para concentrarse y pensamientos negativos. En lo conductual, el estrés puede llevar al aislamiento social, al consumo excesivo de sustancias y a un bajo rendimiento académico o laboral.

Transformando el estrés en una herramienta positiva

La Dra. Sharon Bergquist, profesora de la Universidad Emory, propone estrategias para convertir el estrés en un aliado. Estas incluyen:

  1. Ejercicio físico regular
  2. Exposición controlada al frío o al calor (como el sauna)
  3. Ayuno intermitente
  4. Una dieta rica en antioxidantes

Estas acciones, según Bergquist, activan genes de vitalidad que ayudan a reparar el cuerpo, regular la inflamación y aumentar la energía. Además, la conexión mente-cuerpo juega un papel fundamental. Técnicas de relajación como la respiración profunda, el mindfulness y el yoga han demostrado ser eficaces para reducir el estrés.

Consejos prácticos para manejar el estrés

La Lic. Germani ofrece una serie de consejos prácticos para controlar el estrés:

Además, contar con redes de apoyo, hablar sobre lo que se siente y recibir contención emocional fortalecen la resiliencia ante situaciones difíciles. En casos más complejos, la terapia psicológica puede ser una herramienta muy útil para cambiar patrones de pensamiento y desarrollar mejores formas de afrontamiento.

Conclusión: Encontrar el equilibrio

El estrés no siempre es un enemigo. Bien manejado, puede ser una fuente de crecimiento, adaptación y motivación. Sin embargo, cuando se vuelve constante y desbordante, es importante actuar, escuchar al cuerpo y buscar ayuda. El equilibrio, más que la ausencia total de tensión, es la verdadera clave del bienestar.