El Concejo Metropolitano de Quito aprueba una normativa que regula el uso de motos con dos o más pasajeros, a partir del 9 de julio de 2024. Esta decisión busca fortalecer la seguridad vial y reducir delitos cometidos en motocicletas. Con 12 votos a favor, uno en contra y cinco abstenciones, la ordenanza prohíbe la circulación de motos con dos o más personas, salvo en ciertas excepciones.
¿Quiénes pueden llevar un pasajero en moto?
La normativa presentada por el concejal Bernardo Abad incluye excepciones. Los conductores pueden llevar un pasajero si este es cónyuge o conviviente inscrito en el Registro Civil, hijo o hermano del conductor, persona con discapacidad, adulto mayor, mujer, menor de 12 años o servidor público en funciones con moto institucional. Estas excepciones buscan equilibrar la seguridad con la necesidad de transporte de ciertos grupos.
Sanciones a infractores
Los infractores de esta normativa enfrentarán una multa del 15% del salario básico, lo que equivale a $69. Esta sanción busca ser un disuasivo para quienes incumplan la regulación, sin llegar a retener el vehículo para evitar una doble sanción. El objetivo es reducir delitos sin causar excesivo perjuicio económico a los motociclistas.
La normativa entrará en vigencia tres días después de su sanción por parte del Alcalde de Quito y la publicación oficial por la Secretaría del Concejo. En los siguientes 30 días, se llevará a cabo una campaña informativa para dar a conocer los detalles y alcances de la medida. Esta campaña es crucial para asegurar que los ciudadanos estén bien informados sobre las nuevas reglas y las excepciones permitidas.
Esta medida responde a la necesidad de Quito de mejorar la seguridad ciudadana y vial. Según datos del Municipio, un alto porcentaje de delitos en la ciudad involucran motocicletas con dos o más ocupantes. Al limitar esta práctica, se espera reducir estos incidentes. Además, la normativa busca alinearse con regulaciones nacionales, asegurando una aplicación coherente en todo el país.
Opiniones y reacciones
Las reacciones a esta normativa han sido mixtas. Algunos ciudadanos y expertos en seguridad la aplauden como un paso necesario para mejorar la seguridad en Quito. Sin embargo, otros consideran que puede ser una medida restrictiva y difícil de cumplir para quienes dependen de las motos para su movilidad diaria.
El concejal Bernardo Abad defiende la normativa argumentando que "las medidas extraordinarias son necesarias ante la delincuencia". En contraste, algunos críticos sugieren que la normativa debería enfocarse más en la prevención y control de la delincuencia que en restricciones al transporte.
El éxito de esta normativa dependerá en gran medida de su implementación efectiva y de la campaña informativa. Las autoridades municipales deben asegurarse de que la ciudadanía comprenda y respete las nuevas reglas, mientras que también deben estar atentos a posibles ajustes según las necesidades y realidades de la ciudad.
Esta normativa se suma a otras iniciativas recientes del Municipio de Quito para mejorar la seguridad y la convivencia ciudadana, como la regulación del exceso de velocidad y la optimización del proceso para la obtención de placas vehiculares.