Familiares visitan las criptas del Valle de Cuelgamuros para recuperar los restos de sus seres queridos
Los familiares que han solicitado al Gobierno la recuperación de los restos de sus seres queridos enterrados sin su consentimiento en el Valle de Cuelgamuros han comenzado este lunes a visitar las criptas donde expertos de varias disciplinas trabajan desde junio del año pasado para tratar de cumplir con su deseo.
Las visitas se realizan por turnos, en grupos de no más de diez personas, y están asistidas por dos psicólogos especializados en víctimas.
Las exhumaciones comenzaron en junio de 2022
A principios de abril, en plena batalla política del Gobierno central contra el PP y Vox por su decisión de derogar las leyes regionales de memoria, fue el presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, quien accedió al interior de las criptas del mausoleo para que los forenses le explicaran la evolución de las tareas de recuperación de restos.
Algunos familiares de las víctimas allí enterradas manifestaron entonces su malestar por el hecho de que Sánchez hubiese visitado antes que ellos los trabajos de exhumación. La Secretaría de Estado de Memoria Democrática aclaró que estaban preparando estas visitas por turnos para garantizar la seguridad de las familias y se dirigió a ellas por carta.
El objetivo de las visitas es que los familiares puedan comprobar la dificultad de las exhumaciones
Hay 166 familias que reclaman los restos y unas 60 de ellas han solicitado ya visitar las criptas. Este lunes han ido las primeras 15, con un total de 26 personas, ya que pueden ir acompañados. Las visitas se harán siempre en lunes, que es cuando el monumento está cerrado a los turistas.
El objetivo es que hagan las preguntas que quieran y que comprueben por sí mismos la dificultad de la tarea, especialmente en algunos columbarios más dañados.
Algunos familiares ya visitaron las criptas en 2019
Algunos familiares ya visitaron las criptas acompañados por especialistas en marzo de 2019, antes de que comenzaran las exhumaciones. Entre ellos, Mercedes Abril: “Me pareció horrible ver tantas cajas de tantas personas inocentes, unas encima de otras. Pero las vi y pensé: ‘Ahí está papá”, relató entonces a este diario.
De momento, se han entregado los restos óseos de 12 víctimas a sus familiares
De momento, los restos óseos de 12 víctimas ya han sido entregados a sus familiares, como Fausto Canales, que este lunes ha podido ver in situ cómo trabajan los forenses que el pasado verano le permitieron enterrar dignamente a su padre, Valerico. Canales ha acudido al mausoleo acompañado por su hijo Pedro y su sobrino Fausto.
El trabajo de los forenses es meticuloso y respetuoso
“Ha sido maravilloso ver lo que hicieron para llegar hasta la caja donde estaban los restos de mi padre”, relata a EL PAÍS. “Nos pusieron unos epis de protección, guantes y mascarillas. Yo entré con otras dos familias que todavía no han recuperado a sus parientes. Los especialistas Paco Etxeberria, Lourdes Errasti y René Pacheco nos explicaron cómo trabajan y nos enseñaron, en el laboratorio que han instalado dentro del mausoleo, los restos recuperados y los signos de muerte violenta”, señala.
Y describe así el trabajo forense: “Trabajan con un cuidado exquisito. Los que hablan de profanación y tantas veces han intentado paralizar las exhumaciones no saben de lo que hablan. También nos mostraron el lugar donde estaban enterrados Franco y José Antonio Primo de Rivera. Todo el recorrido ha durado algo más de una hora y al final hemos podido firmar en un libro de visitas donde cada uno ha puesto lo que ha querido”.
El mausoleo del Valle de Cuelgamuros alberga los restos de más de 33.800 víctimas de la Guerra Civil
En el mausoleo ideado por Franco para inmortalizar su victoria en la Guerra Civil, yacen más de 33.800 víctimas, muchas de ellas extraídas de fosas comunes y trasladadas a las criptas sin el consentimiento de sus seres queridos. En octubre de 2019, el Gobierno trasladó los restos de Franco desde el lugar preeminente en el que se encontraban, junto al altar mayor, al cementerio de Mingorrubio, en El Pardo (Madrid), como primer paso para la democratización del monumento y tras una larga batalla judicial contra los nietos del dictador.
La medida trataba de aliviar a quienes, como Manuel Lapeña, consideraban “un insulto” que sus familiares —en este caso, su padre— estuvieran enterrados “junto al verdugo”, mientras se estudiaba cómo abordar las exhumaciones en las criptas, mucho más complejas técnicamente.
Las familias han tenido que esperar mucho tiempo, pero el Gobierno reconoce que ha sido por motivos técnicos y judiciales
Las familias han tenido que esperar demasiado, ha reconocido el Gobierno, pero no solo por cuestiones técnicas, sino por la ofensiva judicial planteada por grupos de extrema derecha y antimemorialistas contra la intervención en el Valle de Cuelgamuros a través de una cascada de recursos. Esa batalla sigue viva.
“En la cripta ya abierta”, explica el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, se sigue trabajando, pero para abrir otras hay que resolver otro recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid”. Martínez, como el resto del equipo, confía en que la justicia vuelva a darles la razón.