Fortalecer el músculo cuádriceps podría ser la clave para retrasar o incluso prevenir la necesidad de cirugía de artroplastia total de rodilla, la cual está comúnmente asociada a la artrosis avanzada. Según estudios recientes presentados en la reunión anual de la Sociedad Radiológica de Norteamérica y respaldados por investigaciones de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), la relación entre los músculos extensores y los isquiotibiales juega un papel crucial en la salud articular de las rodillas.
Durante el envejecimiento, la masa muscular disminuye gradualmente, con una tasa de decremento anual de 2% entre los 50 y los 60 años, y de 3% una vez superada esa edad. Esta reducción de la masa y fuerza muscular, especialmente en el cuádriceps femoral y los isquiotibiales, eleva el riesgo de caídas, fracturas como la de cadera, y enfermedades degenerativas articulares como la artrosis. En Almería, el doctor Ríos ha enfatizado la relevancia del ejercicio regular para combatir esta pérdida muscular y prevenir el deterioro físico.
Los músculos cuádriceps y los isquiotibiales actúan en conjunto para permitir una amplia gama de movimientos mientras protegen la integridad de la rodilla. El estudio de UCSF demostró que una mayor proporción de volumen de cuádriceps en relación con los isquiotibiales se correlaciona significativamente con menores probabilidades de someterse a una artroplastia total de rodilla en los siguientes dos a cuatro años. Además, demuestran que grupos de músculos extensores más grandes, en relación con los isquiotibiales, están asociados significativamente con un menor riesgo de la intervención quirúrgica.
La sarcopenia, que es la pérdida de masa muscular asociada al envejecimiento, presenta más desafíos que la mera debilidad física. El tejido muscular reemplazado por grasa conlleva a una resistencia disminuida y puede promover la resistencia a la insulina, resultando en condiciones como la diabetes tipo 2. Las hormonas también desempeñan un papel en este complejo escenario; los niveles de testosterona en hombres y de estrógenos en mujeres disminuyen con la edad, afectando la fuerza y masa muscular.
La solución sugerida por los expertos es clara: realizar ejercicios de fuerza regularmente, con recomendaciones de al menos dos veces por semana. Esta intervención no solo beneficia a los pacientes de edad avanzada, sino que es recomendable para la población en general, como una medida preventiva en el cuidado de la salud articular y muscular, fomentando un envejecimiento activo y saludable.