El Ayuntamiento de Galapagar (PP y Vox) elimina los puntos violeta para prevenir agresiones machistas

El consistorio madrileño ha decidido cambiar el nombre a los espacios de atención a víctimas de violencia machista, que ahora pasarán a llamarse "Puntos Blancos". El PSOE denuncia que es una medida "vergonzosa" y que demuestra que la derecha y la ultraderecha siguen negando la violencia machista.

La oposición carga contra el cambio de nombre

El Partido Socialista de Galapagar ha criticado duramente la decisión del Ayuntamiento de eliminar los puntos violeta. El portavoz del grupo municipal, Alberto Gómez, ha calificado la medida de "vergonzosa" y ha asegurado que es un "intento de ocultar la realidad de la violencia machista".

También desde la oposición, Por Galapagar ha censurado el cambio de denominación. El portavoz del grupo, Javier Portillo, ha sostenido que, en caso de agresión, una víctima "buscará un punto violeta, color de referencia para la ciudadanía, y especialmente para las mujeres, en la lucha contra la violencia de género".

El Ayuntamiento defiende su decisión

Por su parte, el Ayuntamiento de Galapagar ha defendido su decisión de eliminar los puntos violeta. La concejala de Igualdad, María José Álvarez, ha asegurado que no se trata de "negar la violencia machista", sino de "adaptarse a la nueva realidad".

Álvarez ha explicado que el concepto de "puntos violeta" se ha quedado "obsoleto" y que ahora se necesita un enfoque más integral para prevenir la violencia machista. Ha añadido que los nuevos "Puntos Blancos" serán espacios donde se ofrecerá información y asesoramiento a las víctimas, así como apoyo psicológico.

La polémica llega a otros municipios

La polémica por la eliminación de los puntos violeta ha llegado también a otros municipios. En Valdemoro, el Ayuntamiento, también gobernado por PP y Vox, ha decidido eliminar los puntos violeta de las fiestas del municipio y ha aconsejado a las víctimas gritar 'fuego' o pedir ayuda en caso de sufrir una agresión sexual.

Esta decisión ha sido criticada tanto por la oposición como por el Ministerio de Igualdad. La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha calificado la medida de "irresponsable" y ha asegurado que "pone en riesgo la seguridad de las mujeres".

El cambio de nombre y el debate sobre la violencia machista

El cambio de nombre de los puntos violeta a puntos blancos ha generado un intenso debate sobre el tratamiento de la violencia machista en España. Algunos sectores consideran que la medida es un intento de minimizar o negar la violencia contra las mujeres, mientras que otros defienden que se trata de una actualización necesaria para adaptar los espacios de atención a la nueva realidad.

El debate sobre la violencia machista es complejo y no tiene respuestas fáciles. Sin embargo, es fundamental seguir hablando de este problema y buscar soluciones integrales para prevenirlo y erradicarlo.