Un emblema arquitectónico que sigue latiendo en Buenos Aires

El edificio de Gath & Chaves, ubicado en la esquina de Florida y Perón, está siendo testigo de una transformación constante mientras custodia las huellas de un pasado glorioso. Originalmente concebido como una tienda departamental que competía con Harrods, hoy se está reinventando como un moderno espacio de oficinas, pero sin renunciar a su rica historia y valor patrimonial.

Según informa Silvia Gómez (2024) en un artículo para Clarín, este edificio no era simplemente un punto de venta, sino una verdadera «factoría» donde se producían muebles, juguetes, indumentaria y sombreros, además de funcionar como centro de logística para envíos a todo el país.

Arquitectura que perdura

Más de un siglo después de su inauguración, la grandilocuencia de su ornamentación, el trabajo de herrería y la cúpula se mantienen en un excelente estado de conservación. A pesar de las modificaciones sufridas en la década de 1970, aún conserva elementos originales que evocan su esplendor pasado.

El arquitecto francés Francisque Fleury Tronquoy diseñó el edificio como un paseo comercial con galerías organizadas en torno a un gran vacío central, iluminado por una cúpula vidriada. Hoy, aunque transformado en oficinas, el edificio sigue siendo un faro arquitectónico en el centro de la ciudad.

Un recorrido por el interior

Clarín tuvo la oportunidad de recorrer el interior del edificio con José Luis Caldirola, administrador, y Jesús Cardozo, encargado del mantenimiento. Ambos conocen a fondo la historia y la actualidad del lugar. «En la década del 70 se construyen lozas y entonces deja de existir la galería tal como la conocíamos», explica Caldirola, citado en el artículo de Gómez (2024). «El edificio se transforma de manera definitiva y comienza a funcionar con oficinas. También se moderniza el ingreso y la batería de ascensores».

Afortunadamente, se conserva un ascensor original que aún funciona con poleas e intervención manual, una verdadera reliquia que solo Jesús está autorizado a operar.

Nuevos aires en un espacio histórico

Actualmente, los pisos del edificio se están alquilando a oficinas comerciales, principalmente bancos y empresas financieras. Sin embargo, como señala Gómez (2024), la post pandemia dejó su huella en la vacancia de estas grandes construcciones.

Toribio Achaval tiene en alquiler el último piso, destacando su iluminación y una terraza accesible de 200 m2. Alberto García Hamilton, de Toribio, comenta a Clarín que «es un caso inusual, porque tiene un amenities muy valorado, que responde a los requerimientos modernos de espacio social y de esparcimiento. Y con el plus de tener una vista bellísima a la cúpula del edificio y a las otras, las que lo rodean» (Gómez, 2024).

Una vista privilegiada

La terraza ofrece un mirador único desde donde se puede apreciar la esquina de Diagonal Norte y Florida, conocida como «la esquina de las cinco cúpulas». También se divisa la Galería Güemes y, en diagonal, el edificio de la ex casa matriz del Banco Popular Argentino.

El legado de Gath & Chaves

La historia de Gath & Chaves se remonta a 1883, cuando Alfredo Gath y Lorenzo Chaves, dos empleados de Casa Burgos, decidieron emprender su propio negocio. Fundaron The London Horsiery de Gath & Chaves, que creció hasta convertirse en un imperio con sucursales en todo el país y en Santiago de Chile.

En 1912, la empresa fue adquirida por capitales británicos y, en 1922, se fusionó con Harrods, dando origen a las tiendas Harrods Gath y Chaves. Aunque bajó la persiana en 1974, su legado perdura en la memoria de Buenos Aires y en la arquitectura de su emblemático edificio.

Hoy, el edificio de Gath & Chaves sigue siendo un símbolo de la ciudad, un testimonio de una época dorada y un espacio que se adapta a los nuevos tiempos sin perder su esencia. La administración actual, junto con el equipo de mantenimiento, se está esforzando por preservar su valor histórico y arquitectónico, asegurando que este gigante comercial continúe siendo parte del paisaje urbano por muchos años más.