Descubren un nuevo método para predecir el riesgo cardiovascular décadas antes

El reciente fallecimiento de Caritina Goyanes a causa de un infarto ha puesto de relieve la importancia de prevenir las enfermedades cardiovasculares, especialmente en mujeres jóvenes que se creían relativamente protegidas. Ahora, una nueva investigación impulsada por los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos ha identificado una forma innovadora de anticipar este riesgo hasta con tres décadas de antelación.

Nuevos marcadores para predecir el riesgo

Esta investigación, presentada en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología de 2024 y publicada en la revista New England Journal of Medicine, se ha centrado en varios marcadores específicos de inflamación: dos tipos de grasas en sangre (colesterol LDL y lipoproteína[a]) y la proteína C reactiva (PCR). "No podemos tratar lo que no podemos medir, y esperamos que estos hallazgos nos permitan intervenir incluso antes", afirma Paul M. Ridker, director del Centro de Prevención de Enfermedades Cardiovasculares del Hospital Brigham and Women de Boston (EE. UU.).

Para el estudio clínico, se recopilaron muestras de sangre y datos médicos de casi 28.000 participantes en el Estudio de Salud de la Mujer en Estados Unidos, con edades comprendidas entre los 55 y los 55 años en el momento de su incorporación (entre 1992 y 1995), y se les realizó un seguimiento durante 30 años.

Durante este periodo, 3.662 participantes sufrieron un ataque al corazón, un infarto, fallecieron por enfermedades cardiovasculares o necesitaron una intervención quirúrgica para restablecer la circulación. Los investigadores descubrieron que una PCR altamente sensible, así como unos niveles elevados de colesterol LDL, se asociaban a estos acontecimientos. Además, una segunda grasa, la lipoproteína[a], mostró una precisión aún mayor en la predicción.

"En los últimos años, hemos observado que los niveles de inflamación interactúan con los lípidos en sangre, lo que aumenta el riesgo cardiovascular", explica el Dr. Ahmed A. K. Hasan, director del programa de prevención del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EE. UU. "Esto justifica por qué es preferible mantener unos niveles bajos".

Medidas preventivas y de tratamiento

Las células del sistema inmunitario ayudan al organismo a reparar heridas y combatir infecciones, pero también responden a la acumulación de grasa en las paredes de las arterias emitiendo señales inflamatorias. Esto provoca un ambiente proinflamatorio que favorece la formación y rotura de placas, lo que a su vez desencadena accidentes cardiovasculares.

La prevención primaria sigue siendo la máxima prioridad, mediante una alimentación cardiosaludable, ejercicio regular y evitando hábitos como el tabaquismo. No obstante, los autores del estudio recomiendan unificar los criterios de seguimiento para tratar de forma más precoz y eficaz a las personas con mayor riesgo.

En cuanto a los tratamientos, las estatinas son la medicación principal para pacientes con niveles elevados de LDL, aunque los especialistas cada vez son más reacios a recetarlas debido a las dudas sobre sus beneficios reales en comparación con sus riesgos. Respecto a la inflamación, la colchicina, originalmente utilizada para tratar la gota, está aprobada en Estados Unidos desde 2023 para la reducción del riesgo cardiovascular en personas diagnosticadas con aterosclerosis.

  • Las mujeres con los niveles más altos de colesterol LDL tenían un riesgo un 36 % superior de sufrir una enfermedad cardiovascular en comparación con las que tenían los niveles más bajos.
  • El grupo con los niveles más altos de lipoproteína[a] presentaba un riesgo un 33 % superior en comparación con el que tenía los niveles más bajos.
  • Las mujeres con los niveles más altos de PCR mostraban un aumento del riesgo de hasta el 70 %.
  • Al combinar los tres factores, las mujeres con los niveles más altos tenían 1,5 veces más probabilidades de sufrir infartos y tres veces más probabilidades de desarrollar una enfermedad arterial coronaria.