La Iglesia en León pide no disfrazar a los niños en Halloween
La Arquidiócesis de León exhorta a la comunidad a disfrazar a los niños de santos en lugar de personajes relacionados con Halloween, una festividad que la Iglesia considera inapropiada.
"Abrir puertas al mal"
El vocero de la Arquidiócesis, Marco Cortés Muñiz, asegura que la celebración de Halloween implica "abrir ventanas o puertas a la situación del mal", lo cual va en contra de los valores que promueve la fe católica.
El portavoz sugiere que, en lugar de participar en eventos que invocan a la muerte, la comunidad debería organizar caravanas a favor de la vida.
Según Cortés Muñiz, adoptar tradiciones extranjeras como Halloween promueve una "cultura de la muerte" en lugar de valores positivos y de respeto a la vida.
Alternativa al Halloween
La Arquidiócesis de León ha promovido por años una alternativa al Halloween, incentivando a los niños a participar en el Día de Todos los Santos, donde se les invita a vestirse como figuras de la fe.
"Hace años que en las parroquias hacemos el Día de Todos los Santos. Invitamos a todos los niños y adultos a vestirse de algún santo de su devoción. Los niños lo hacen con mucho gusto, y nosotros los promovemos desde la catequesis", concluye Cortés Muñiz.
Orígenes de los disfraces
La tradición de disfrazarse en Halloween tiene raíces históricas y culturales que se remontan a la antigua festividad celta de Samhain, celebrada el 31 de octubre, en la que se creía que los espíritus de los muertos regresaban al mundo de los vivos.
Los celtas encendían hogueras y usaban máscaras o disfraces para ahuyentar a estos espíritus malignos.
Cuando la Iglesia católica estableció el Día de Todos los Santos el 1 de noviembre, algunas de las prácticas paganas de Samhain se integraron en la celebración, y con el tiempo, Halloween (contracción de "All Hallows' Eve") se convirtió en una festividad laica en muchos lugares, especialmente en Estados Unidos.
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la tradición de disfrazarse se hizo más popular, pero los disfraces comenzaron a reflejar personajes de películas, cuentos y seres sobrenaturales como fantasmas o vampiros, en lugar de ser exclusivamente para ahuyentar espíritus.
Hoy en día, disfrazarse es una parte central de Halloween, especialmente para los niños, quienes usan disfraces tanto aterradores como festivos para participar en actividades como "truco o trato" y fiestas temáticas.
La evolución de la festividad ha llevado a que los disfraces abarquen un amplio espectro de opciones, desde monstruos tradicionales hasta personajes de la cultura pop.
En resumen, el origen de los disfraces de Halloween tiene que ver con tradiciones antiguas para protegerse de los espíritus y ha evolucionado hacia una costumbre moderna centrada en la diversión y el entretenimiento.