La respuesta tardía del gobierno valenciano a la DANA que azotó la región en 2022 ha sido objeto de una investigación exhaustiva, revelando una serie de fallos en la coordinación y la comunicación.
Fallos en la coordinación
La investigación ha descubierto que los representantes de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) preguntaron en la reunión del Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi) por qué no se había enviado un mensaje de alerta a los móviles de los valencianos, más de dos horas después de que comenzara la reunión y una hora después de que ellos mismos solicitaran por primera vez el envío de dicho mensaje.
Además, la investigación ha puesto de manifiesto que la consejera de Emergencias, Salomé Pradas, no estaba presente en el inicio de la reunión del Cecopi, y que los representantes de la Generalitat solicitaron un descanso de media hora para "reflexionar" durante la reunión.
Fallos en la comunicación
La investigación también ha revelado que la Generalitat Valenciana no avisó a los municipios ribereños del riesgo de inundaciones, a pesar de las continuas advertencias de la CHJ. Asimismo, la propia consejera Pradas ha reconocido que hasta esa tarde desconocía que se podían enviar avisos a móviles a través del sistema ES-Alert.
Por otro lado, la investigación ha constatado que la Generalitat achacó a la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) y a la propia CHJ la falta de avisos, acusándolas de no haber alertado sobre la gravedad de la situación. Sin embargo, ambas instituciones informaron continuamente sobre la evolución de la DANA, tanto a través de correos electrónicos como de mensajes en redes sociales.
Responsabilidades
La investigación ha concluido que el retraso en el envío de la alerta a los móviles de los valencianos fue una negligencia grave por parte de la Generalitat Valenciana, que no actuó con la diligencia debida ante una situación de riesgo extremo.
Además, la investigación ha puesto de manifiesto la falta de coordinación entre los distintos organismos implicados en la gestión de la emergencia, lo que dificultó una respuesta eficaz y oportuna a la DANA.
Como consecuencia de la investigación, se han adoptado una serie de medidas para mejorar la coordinación y la comunicación en situaciones de emergencia, entre ellas, la creación de un nuevo protocolo de actuación y la formación específica para los responsables de la gestión de emergencias.