La sequía extrema deja al descubierto la contaminación oculta de Valle de Bravo
La presa de Valle de Bravo, fuente vital de agua para el Valle de México, enfrenta un problema doble: una sequía extrema y una contaminación oculta que ha quedado al descubierto debido a los bajos niveles de agua.
Contaminación alarmante
Según investigadores de la UNAM, las concentraciones actuales de contaminantes en la presa son un 50% más altas de lo permitido para un cuerpo de agua saludable. Esto se debe a las descargas de aguas residuales y agrícolas que durante más de dos décadas han vertido nitrógeno y fósforo al embalse, acumulándose en el fondo.
La sequía ha reducido el nivel del agua, dejando expuestos los contaminantes que antes estaban ocultos. Ahora, el agua tiene un tono verde intenso debido a la presencia de microalgas tóxicas, lo que representa un grave riesgo para la salud de los pobladores locales y para el suministro de agua potable a la Ciudad de México.
Emisión de gases de efecto invernadero
Otra consecuencia de la baja del nivel del agua es una mayor emisión de gases de efecto invernadero. El lodo expuesto emite óxido nitroso, dióxido de carbono y metano, debido a la presencia de materia orgánica y la falta de oxígeno.
Medidas urgentes necesarias
Los investigadores advierten que se necesitan medidas urgentes para abordar la contaminación de la presa de Valle de Bravo. La Comisión Nacional del Agua (Conagua) debe invertir más recursos en la potabilización del agua, mientras que las autoridades deben tomar medidas para controlar las descargas de aguas residuales y agrícolas.