Así se vivió la dana desde el 112: “Era como una película, era surrealista. Eran cosas tremendas”
El pasado 29 de octubre, una dana arrasó casi 80 municipios valencianos, dejando un balance de 221 fallecidos y decenas de miles de afectados. El Centro de Coordinación de Emergencias (112) fue el encargado de recibir las llamadas de auxilio de los ciudadanos, y sus operadoras fueron testigos de primera mano del caos y la desesperación que se vivieron durante aquella jornada.
Un día marcado por el rojo
Desde primera hora de la mañana, el 112 comenzó a recibir un aluvión de llamadas. “Nos dimos cuenta muy pronto de que no era un día normal”, asegura una de las operadoras. “Sobre las 8:00 ya había muchas zonas inundadas. En Utiel y Requena empezó a complicarse mucho la mañana”, recuerda otra.
A medida que avanzaba el día, el número de llamadas no hacía más que aumentar. “Eran decenas de miles de avisos”, aseguran desde el 112. “Nuestro tiempo de respuesta suelen ser de máximo cinco segundos, pero llegó a estar en 20 o 25”, explica una de las operadoras. “Cuando yo me incorporé al turno de noche había más de 100 llamadas en espera”, recuerda otra.
“Era como una película, era surrealista”
Las operadoras del 112 escucharon todo tipo de llamadas de auxilio aquella jornada. “Gente encerrada dentro de una nave, subida a las estanterías, y que avisaban de que se estaba incendiando otra nave enfrente. O gente desde sus casas que veían a alguien dentro de un coche que se lo estaba llevando la corriente”, relatan.
“Nosotros estamos acostumbrados a coger llamadas de emergencia, pero todo esto nos superaba. Era como una película, era surrealista. Eran cosas tremendas”, asegura una de las operadoras. “Era, desesperante y sentías una impotencia... porque es que no podías hacer nada más que decir que pasábamos el aviso”, añade otra.
Las operadoras del 112 fueron las heroínas anónimas de aquella jornada. Gracias a su trabajo, se pudieron salvar muchas vidas y se pudo coordinar la ayuda a los afectados. Sin embargo, ellas también sufrieron las consecuencias del caos y la desesperación que se vivieron aquel día.
“Los descansos que pudimos hacer aquel día se usaron para llorar y abrazarnos”, recuerda una de las operadoras. “Nunca pensé que al trabajar aquí iba a tener que lidiar no solo con las peores llamadas del mundo, sino también recibir los mensajes de familiares, amigos y compañeros que lo estaban pasando mal”, añade otra.
El 112 es un servicio esencial que funciona las 24 horas del día, los 365 días del año. Gracias a la labor de sus operadoras, se salvan vidas y se ayuda a los ciudadanos en momentos de necesidad.