La dieta mediterránea: un arma de doble filo para la exposición a metales en los niños

Beneficios y riesgos de la exposición a metales

Si bien algunos metales como el calcio, el cobre y el zinc son esenciales para la fisiología humana, otros como el arsénico, el cadmio y el plomo pueden ser perjudiciales. Incluso los metales esenciales pueden dañar la salud si se ingieren en exceso, especialmente en los niños, que son más vulnerables a las sustancias nocivas.

La dieta, junto con el agua potable, es una de las principales fuentes de metales. Por ello, es crucial comprender cómo el tipo y la composición de la dieta afectan nuestra exposición a ellos.

La dieta mediterránea y los metales

La dieta mediterránea, rica en verduras, legumbres, mariscos y carne, se asocia generalmente con efectos beneficiosos para la salud. Sin embargo, su impacto en la exposición a los metales no está claro.

Para abordar esta cuestión, el estudio analizó a 2.139 niños que participaron en el estudio INfancia y Medio Ambiente (INMA). Los resultados revelaron que la adherencia a la dieta mediterránea se asociaba con niveles más altos de arsenobetaína, un derivado orgánico no tóxico del arsénico, pero con niveles más bajos de cobre, un mineral esencial.

Factores que influyen en la exposición a metales

Un examen más detallado de los componentes individuales de la dieta mostró que el consumo de pescado y mariscos se asociaba específicamente con niveles más altos de arsenobetaína. Por otro lado, no se encontró una razón clara para los niveles reducidos de cobre, aunque el consumo de carne en el grupo de estudio fue menor que en niños españoles de edad similar.

Además, las muestras de orina, aunque son una medida aceptable de la concentración de cobre, pueden no ser el medio de evaluación más preciso. Los investigadores recomiendan interpretar los resultados con cautela.

Conclusión

El estudio concluye que la adherencia a la dieta mediterránea aumenta la exposición a algunos metales, pero reduce la exposición a otros. Subraya la importancia de considerar los componentes individuales de la dieta al evaluar su impacto en la exposición a metales, especialmente en los niños.