La mayoría de los niños de hoy probablemente no vivirán hasta los 100 años
Las expectativas exageradas sobre la posibilidad de vivir hasta los 150 años no están basadas en evidencia científica. Los avances médicos solo logran prolongar la vida de las personas que ya están envejeciendo, pero no ofrecen una solución a la progresión natural del envejecimiento.
Según Jay Olshansky, gerontólogo de la Universidad de Illinois en Chicago, aunque la expectativa de vida sigue aumentando, lo hace a un ritmo mucho más lento debido al envejecimiento biológico, un proceso inevitable.
Un estudio publicado en la revista Nature Aging analizó datos de esperanza de vida de varios países y concluyó que solo el 5,1% de las niñas y el 1,8% de los niños nacidos en 2019 vivirán hasta los 100 años.
Desaceleración en el aumento de la esperanza de vida
Olshansky y sus colegas habían anticipado la desaceleración en el aumento de la esperanza de vida en los años 90. Las intervenciones médicas, aunque efectivas, no pueden detener el envejecimiento biológico.
A medida que las personas viven más tiempo, experimentan los efectos del envejecimiento celular y orgánico, lo que reduce el impacto de las innovaciones médicas en la prolongación de la vida.
El estudio sugiere que la humanidad ha llegado a un punto donde ya no se ven grandes aumentos en la esperanza de vida. Incluso con avances médicos significativos, estos solo logran «fabricar tiempo» para personas que ya están envejeciendo, pero no ofrecen una solución a la progresión natural del envejecimiento.
El enfoque debería ser mejorar la "esperanza de salud"
En lugar de enfocarse en extender la longevidad, Olshansky aboga por mejorar la «esperanza de salud», es decir, el tiempo que las personas pueden vivir sin enfermedades o discapacidades graves.
Para Olshansky, este debería ser el objetivo principal de la ciencia médica, ya que prolongar la vida sin mejorar la calidad de esta podría tener consecuencias negativas, como un aumento de la fragilidad y las enfermedades neurodegenerativas.