La FDA prohíbe el colorante rojo número 3: ¿Qué alternativas hay?

La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha prohibido definitivamente el uso del colorante rojo número 3, también conocido como eritrosina, en alimentos, bebidas y medicamentos. Esta medida llega más de 30 años después de que estudios científicos vincularan este aditivo con el desarrollo de cáncer en animales.

Riesgos del colorante rojo número 3

El rojo número 3 es un colorante sintético derivado del petróleo que se utiliza para dar un tono rojo brillante a diversos productos. A pesar de que algunos estudios sugieren que podría ser cancerígeno en animales, la FDA había permitido su uso en alimentos durante años, ya que sus evaluaciones previas no consideraban que los mecanismos que causan cáncer en animales se replicaran de la misma manera en humanos.

Sin embargo, investigaciones recientes han reafirmado las preocupaciones sobre la seguridad del colorante. En 1990, la FDA prohibió su uso en cosméticos y medicamentos tópicos tras confirmarse su relación con el cáncer en ratas. En 2012, un estudio reforzó el vínculo entre el colorante y el cáncer en animales, y en 2021 un informe de la Oficina de Evaluación de Peligros para la Salud Ambiental de California señaló posibles efectos sobre la atención y el comportamiento de los niños.

Alternativas al colorante rojo número 3

Algunas empresas ya habían comenzado a eliminar el colorante rojo número 3 de sus productos antes de la prohibición de la FDA. Marcas como Ferrara y Just Born planean completar la transición en los próximos meses.

Como alternativa, algunos fabricantes están utilizando el colorante rojo número 40, que se considera menos riesgoso, aunque también ha sido objeto de críticas por su posible relación con las dificultades de atención en los niños y el crecimiento acelerado de tumores en animales.

Regulación de los aditivos alimentarios

La prohibición del rojo número 3 marca un avance en la regulación de los aditivos alimentarios, pero aún queda trabajo por hacer. Las autoridades sanitarias abogan por una revisión más estricta de los aditivos permitidos, especialmente aquellos que afectan a los niños y otros grupos vulnerables.

La Dra. Jennifer Pomeranz, profesora de la Universidad de Nueva York, señala que la prohibición es necesaria, pero llega con años de retraso. La FDA continúa trabajando para garantizar la seguridad de los aditivos alimentarios y proteger la salud pública.